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El príncipe heredero de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, este jueves tras la muerte de su padre - REUTERS

Los escándalos del futuro rey de Tailandia, el hombre que nombró mariscal a su perro

Maha Vajiralongkorn ha vivido siempre rodeado por la polémica: sus tres matrimonios fracasados, así como sus continuas muestras de rebeldía y excentricidades, hacen que parte de su entorno no lo vea como digno sucesor de su padre

MADRID Actualizado: Guardar
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Desde que ayer se anunciase la muerte de Bhumibol de Tailandia, el monarca que ha ostentado el reinado más largo del mundo, todas las miradas han recaído en su único hijo varón: el príncipe Maha Vajiralongkorn. A sus 64 años (nació el 28 de julio de 1952), fue nombrado heredero de forma oficial hace más de tres décadas. Parecía tener por delante un futuro prometedor: estudió en colegios privados de Reino Unido y Australia; se graduó en Derecho; se convirtió en el experimentado militar que entrenó con los ejércitos australiano y estadounidense y al que adiestraron en tácticas especiales de guerra, paracaidismo, vuelo de aviones y helicópteros. En 1978, hizo un parón en su carrera militar para ordenarse monje budista, algo que ya hizo su padre y que constituía una tradición familiar.

Sin embargo, lo que realmente le ha hecho conocido son los escándalos que ha protagonizado y que hacen que tanto la población como la élite política de su país duden de su ideonidad para gobernar y llegar a ser considerado un semidios como su difunto padre. En un número de la revista «The Economist» de 2002, se aseguraba que «es mucho menos querido que su padre. En Bangkok se intercambian chismes sobre su sensacional vida privada. Una de sus hermanas -la princesa Maha Chakri Sirindhorn-, y posible heredera del trono, es más popular, pero Tailandia nunca ha estado reinada por una mujer», la ley del país da prioridad a los varones.

La vida del príncipe Vajiralongkorn siempre ha estado rodeada de polémica. Sin ir más lejos, el pasado mes de julio el diario alemán «Bild» publicó su llegada al aeropuerto de Múnich, acompañado por su actual novia y un caniche. Ataviado con unos vaqueros y una camiseta blanca de tirantes que dejaba ver su cuerpo cubierto de tatuajes, hacía gala de la rebeldía que lo ha hecho tan conocido e impopular en su patria.

La ley tailandesa, que castiga con 15 años de cárcel a quienes difamen a la familia real, no ha impedido que sus secretos de alcoba sean aireados. Se ha casado tres veces. Su primera esposa, Soamsavali Kitiyakara, era su prima hermana y le dio una hija. Se divorció de ella para, en 1994, volver a casarse, esta vez con la actriz Yuvadhida Polpraserth. Con ella tuvo tres hijos que viven en el extranjero y que son considerados ilegítimos, dado que el matrimonio jamás contó con el beneplácito de su madre, la reina Sirikit. Con la intérprete también tuvo una hija. Aunque, sin duda, su matrimonio más sonado es que formó con la princesa Srirasmi, con la que se desposó 2001 y tuvo un hijo cuatro años más tarde. Con ella, protagonizó otra de sus escenas más controvertidas. En un vídeo de poco más de dos minutos, aparecen como los únicos invitados de una fastuosa fiesta en un jardín de palacio, rodeados de globos. Era el aniversario de su mascota Foo Foo, un caniche que tiene rango de mariscal jefe del aire. La grabación, en la que ella aparece el «top less» y tanga y en la que no falta ni la canción ni la tarta de cumpleaños, fue el detonante para que el rey Bhumibol obligara a la entonces princesa a firmar el divorcio. Detrás del escándalo, se escondía un entramado mucho más complicado: al menos ocho familiares de Srirasmi fueron acusados de contrabando y extorsión.

Vídeo en que el príncipe tailandés Maha Vajiralongkorn y su exmujer celebran el cumpleaños de su perro - YOUTUBE
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