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Estudiantes turcos pidiendo la expulsión de los seguidores de Gulen de la Universidad de Ankara - REUTERS

Erdogan tratará a los seguidores de Gülen como terroristas

El presidente también anuncia una «reestructuración de las Fuerzas Armadas» y un posible cambio constitucional

Ankara Actualizado: Guardar
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El Gobierno turco pasará a considerar como terroristas a todos los seguidores del clérigo Fetulá Gülen. El tratamiento será todavía más duro para todos aquellos que además sean parte del Hizmet, la organización que preside desde el exilio Gülen. Desde el fallido golpe de Estado del pasado viernes el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha ido endureciendo su posición contra los golpistas.

Erdogan ha indicado que el movimiento «gülenista» será considerado «otra organización terrorista con fines separatistas», el mismo término que usa para el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que las Fuerzas Armadas combaten desde hace décadas en el sureste de Turquía.

«Seguiremos luchando donde sea que estén», ha afirmado. «Esta gente se ha infiltrado en la organización del Estado

y se ha rebelado contra ella» en una acción «inhumana e inmoral», ha argumentado, en alusión a la intentona golpista.

Interrogado sobre la posibilidad de que haya otra tentativa, Erdogan ha admitido que hubo «importantes deficiencias» en los servicios de Inteligencia turcos para prevenir la sublevación militar, pero ha subrayado que ahora no será fácil. «Estamos más vigilantes», ha dicho.

En cualquier caso, ha anunciado que «pronto» habrá una reestructuración de las Fuerzas Armadas --donde miles de efectivos han sido suspendidos y detenidos-- para erradicar el «virus» golpista. «Necesitamos sangre nueva», ha sentenciado.

Erdogan ha declarado el estado de emergencia, que ha entrado en vigor este jueves y se mantendrá tres meses, pero no ha descartado prorrogarlo, si fuera necesario. La última vez que se adoptó esta medida excepcional duró 15 años y dio lugar a numerosas muertes y desapariciones.

El líder turco tampoco ha descartado una reforma constitucional, si bien ha subrayado que para ello es necesario un amplio consenso entre las fuerzas políticas. Una de las enmiendas introducidas podría ser la pena de muerte, tal y como ha revelado Erdogan estos días.

El pasado viernes un grupo de militares lanzó un golpe de Estado desde las ciudades de Ankara y Estambul para restaurar «la democracia secular» en Turquía. De acuerdo con el balance proporcionado por Erdogan, 246 personas murieron y 2.185 resultaron heridas, sin contar los golpistas.

El Gobierno turco ha emprendido una purga que se ha saldado con 10.400 detenciones y más de 50.000 trabajadores públicos suspendidos, incluidos militares, policías, jueces, fiscales, profesores y periodistas.

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