Una mujer siria, desesperada, carga el cuerpo de su bebé rescatado de los escombros, tras el bombardeo sobre el área al-Muasalat, en Alepo
Una mujer siria, desesperada, carga el cuerpo de su bebé rescatado de los escombros, tras el bombardeo sobre el área al-Muasalat, en Alepo - Afp

El Ejército sirio lanza un ataque a gran escala para recuperar Alepo

Tras el fracaso de la diplomacia, la aviación realiza bombardeos masivos antes de una eventual ofensiva por tierra

Corresponsal en Jerusalén Actualizado: Guardar
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En menos de una semana, Alepo ha pasado del silencio de la tregua a sufrir los bombardeos más duros de los últimos meses. Al menos 91 personas han muerto desde que el jueves por la noche el Ejército sirio anunciara el inicio de la ofensiva para «liberar Alepo», según fuentes médicas de la zona este de la segunda ciudad siria, que desde 2012 está en manos de los grupos armados de la oposición. «Como cualquier operación militar, comienza con bombardeos aéreos y de artillería preparatorios, y luego viene el trabajo de las fuerzas terrestres en función de los resultados de los bombardeos y su impacto», precisó una fuente militar siria a la agencia Reuters.

Nada más anunciar el inicio de la ofensiva, la Comandancia de las Operaciones Militares en Alepo pidió a los civiles que se mantuvieran alejados de «las posiciones de los grupos terroristas», según el comunicado difundido por la agencia oficial siria, SANA.

Un mensaje dirigido a los cerca de 300.000 civiles que podrían quedar en esta parte de la ciudad, pero que tienen muy complicada esa separación ya que sus barrios están cercados desde hace dos meses. Esperaban ayuda humanitaria, pero lo que les ha traído el final del alto el fuego es una ofensiva a gran escala que se ha centrado en sus primeras horas en los distritos de Al Sukari y las áreas que quedan en manos opositoras en Al Ameria y Al Sheij Said.

La estrategia del Ejército es bombardear hasta asfixiar al enemigo, aunque suponga daño en bajas civiles

La estrategia del Ejército no es nueva y ya la han empleado antes con éxito en otros lugares como Homs o la periferia de Damasco. El castigo aéreo masivo persigue que los grupos armados acepten salir de los barrios, las tropas no entran porque sería una batalla casa por casa que podría causar muchas bajas, así que bombardea hasta asfixiar al enemigo aunque esto suponga un enorme daño en bajas civiles y una destrucción total. La diferencia es que ahora se trata de Alepo, la segunda ciudad del país y todo un símbolo para la oposición en estos últimos cuatro años. Anteriores ofensivas del Ejército no lograron su objetivo porque los grupos rivales contaban con el apoyo total de la vecina Turquía, a apenas 40 kilómetros de Alepo, pero esto ha cambiado y ahora el presidente Recep Tayyip Erdogan coopera con Rusia, el gran aliado del Gobierno de Damasco.

«Las tropas en el suelo todavía no avanzaron en el terreno», afirmó a la agencia Afp un oficial sirio en Alepo, quien adelantó que «el número de combatientes permite empezar una operación terrestre porque llegaron a Alepo numerosos refuerzos». Las fuerzas sirias, regulares y paramilitares leales al presidente Bashar Al Assad, cuentan en tierra con el apoyo de la milicia libanesa Hizbolá y las milicias chiíes dirigidas por Irán, y en el aire con el de los aviones rusos.

Incapaces

Estados Unidos y Rusia han sido incapaces de superar sus diferencias y la tregua que lograron pactar en Ginebra a medios de mes forma ya parte de la larga lista de intentos fracasados de alto el fuego en esta guerra. El distanciamiento entre las potencias comenzó el sábado con el ataque aéreo de la coalición que lidera Washington contra el Ejército sirio en Deir Ezzor, en el que murieron 82 soldados. El lunes por la noche llegó el segundo punto de inflexión tras el ataque aun convoy de ayuda humanitaria en la provincia de Alepo del que EE.UU. culpó a Rusia, aunque Moscú negó cualquier implicación de sus aviones o de los de su aliado sirio.

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