Fuerzas de las Unidades de Movilización Popular se dirigen a combatir en el frente sur de Mosul
Fuerzas de las Unidades de Movilización Popular se dirigen a combatir en el frente sur de Mosul - AFP

El Ejército de Irak combate ya a Daesh en las calles de Mosul

Después de tres semanas de ofensiva, las tropas iraquíes entran en el fortín del «califato» y toman la sede de la televisión

EN EL FRENTE DE MOSUL Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La batalla para acabar con el califato en Irak ha llegado a las calles de Mosul. Después de dos semanas de ofensiva y varios días de combates a las puertas de la capital del grupo yihadista Daesh, las unidades del Comando Antiterrorista Iraquí (CTS), tropas de élite, penetraron en el barrio oriental de Kukjali, en la orilla izquierda del Tigris, río que divide a la ciudad en dos.

El balance de las primeras 24 horas de combate urbano se saldó con la toma del edificio de la televisión, según informó el teniente coronel Taleb Shagati, jefe de las operaciones conjuntas iraquíes. «Actualmente ya estamos luchando en el este de Mosul», confirmó a media mañana el teniente general Abdul Wahab al-Saidi, miembro del CTS, para poner fin al debate abierto el lunes sobre si realmente había empezado o no el asalto a la ciudad que desde 2014 está en manos de Daesh.

Al Saidi aseguró que «hay presión de todos los lados para facilitar el ingreso al centro». El Ejército señaló además que la Novena División se disponía a comenzar el asalto a los distritos de Somer, Palestine, Yarimjah e Intisar, al sureste de la ciudad, para intentar abrir un segundo frente y así obligar a los seguidores del califa a dividir sus esfuerzos.

Mosul está cercada desde norte, este y sur, con fuerzas del Ejército iraquí y de los peshmergas kurdos, y desde el oeste con las Unidades de Movilización Popular, las milicias chiíes encargadas de bloquear la posible huida a Siria de los yihadistas y que en 48 horas han logrado liberar al menos 17 localidades. Los yihadistas –se estima que pueden quedar entre 3.000 y 5.000 según los cálculos estadounidenses– «no tienen escapatoria, pueden morir o rendirse», anunció el primer ministro, Haider Al Abadi, en un discurso dirigido a la nación para anunciar la entrada de las tropas a la capital del califato.

Imagen de unidad

Al Abadi adelantó que después de la liberación de la ciudad, los extremistas no podrán resistir en otros reductos porque «los eliminaremos a todos». El Gobierno de Bagdad trata en todo momento de dar imagen de unidad y el primer ministro insiste en cada intervención en que será el Ejército de Irak, y sólo el Ejército, el que entre en las calles de Mosul. El objetivo es evitar el aumento de la tensión sectaria en una zona mayoritariamente suní en la que los civiles aplaudieron en verano de 2014 la llegada de Daesh como alternativa a un Gobierno de Bagdad en manos de formaciones religiosas chiíes.

El problema es que el Ejército es mayoritariamente chií y avanza con emblemas religiosos de esta secta, que pueblo a pueblo sustituyen a los que ha dejado Daesh tras su retirada.

Los yihadistas han perdido el control de más de cien localidades hasta el momento y habrían sufrido entre 800 y 900 bajas hasta el momento, según las estimaciones del Pentágono. Para defender Mosul recurren a suicidas, francotiradores, artefactos explosivos improvisados… y se atrincheran entre decenas de miles de escudos humanos, según denuncia Naciones Unidas desde la semana pasada.

Asesinatos

En las últimas horas los seguidores del califa volvieron a intentar un movimiento masivo de civiles desde la periferia hasta el centro urbano, pero no tuvieron éxito. Los yihadistas trataron de llevar a 25.000 personas en «miles de vehículos», desde camiones hasta furgonetas, precisó la portavoz de la Oficina de la ONU de Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, desde localidades del sur de Mosul a las calles de la ciudad, aunque la mayoría de vehículos se tuvo que dar la vuelta debido a la presencia de aviones de la coalición que lidera Estados Unidos. Los bombardeos han sido una de las claves para explicar el rápido avance hacia Mosul, pero ahora son más complicados debido a la fuerte presencia de civiles.

Shamdasani denunció también un nuevo asesinato masivo cometido por Daesh, que mató el fin de semana a 40 ex miembros de las fuerzas de seguridad y lanzó sus cuerpos al río Tigris. Los seguidores del califa también habrían ejecutado a 50 de sus milicianos, informó la cadena de televisión Al Sumaria, bajo la acusación de «intentar escapar del campo de batalla», todos ellos «habían sido forzados a alistarse en el grupo», aseguró el canal.

Nadie pone en duda la victoria militar contra el califato, pero hay una gran incertidumbre sobre el futuro de Mosul tras la caída de Daesh y sobre la posibilidad de que el grupo concentre su potencial en el lado sirio del califato, donde conserva las ciudades de Raqqa y Deir Ezzor.

El líder de la Organización Badr y dirigente de la Unidades de Movilización Popular, Hadi al Ameri, advirtió de que «si Daesh no es eliminado en Siria, permanecerá siendo una amenaza para Irak» y llegado ese momento, «si la situación lo requiere, las milicias chiíes iraquíes se trasladarán a Siria», siempre «con el permiso previo» del primer ministro, aseguró. Una posibilidad real ya que en la actualidad ya hay un buen número de iraquíes chiíes combatiendo junto al Ejército de Bashar Al Assad, bajo las órdenes directas de la Guardia Revolucionaria de Irán.

La carta de Turquía

Turquía también está muy pendiente de la batalla por Mosul. Tras la negativa del Gobierno de Bagdad a aceptar su intervención, los turcos mantienen sus tropas en la base de Bashiqa, desde donde aseguran que han apoyado a los peshmerga kurdos con artillería, y en las últimas horas un convoy militar formado por una treintena de vehículos que transportan tanques y piezas de artillería ha llegado a Silopi, localidad de la frontera con Irak, informaron fuentes militares a la agencia Afp.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan defiende su derecho a participar en esta guerra para eliminar la amenaza de Daesh de su frontera, pero también por los lazos históricos con Mosul, que formaba parte del antiguo Imperio Otomano, y su obligación de proteger a la minoría turcomana.

Ver los comentarios