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James Comey, en una foto de archivo - REUTERS

Trump fulmina al director del FBI, que investigaba su conexión electoral con Putin

La única destitución del jefe de la Oficina Federal la protagonizó Bill Clinton en 1993

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James Comey, el controvertido director del FBI, ha sido despedido de manera fulminante por el presidente de Estados Unidos, en plena investigación de las presuntas conexiones electorales de Trump con Rusia y su ahora homólogo, Vladímir Putin. En una escalón más de la polémica que sigue arrastrando la intervención rusa en el proceso de las presidenciales, el presidente Trump remitió a media tarde de ayer una carta de cese a Comey, en la que le agradece que le haya transmitido «hasta en tres ocasiones separadas, que no está bajo investigación». La afirmación no es baladí. Desde hace algunas semanas, el director del FBI lideraba una «investigación criminal» para esclarecer los vínculos de la campaña de Trump con el Gobierno ruso.

En la sucesión de hechos dentro del rocambolesco episodio que ha envuelto al director del FBI, ha sido la acusación lanzada por Hillary Clinton, mantenida todavía hace unos días, de haber influido decisivamente en su derrota, después de que a falta de diez días para la elección presidencial, anunciara la aparición de miles de correos que podían comprometer a la candidata demócrata en el caso de los e-mails y que iban a ser investigados de inmediato. Por si fuera poco, ayer mismo se conocía, mediante una nota oficial de corrección del propio FBI, que el número de nuevos correos que podrían haber comprometido a Clinton era apenas una docena, ya que los «cientos y miles» a los que se refería Comey no procedían realmente del ordenador de Huma Abedin, la colaboradora de la exsecretaria de Estado.

En Estados Unidos, el presidente tiene la potestad última de nombrar y destituir al director del FBI, que da cuentas ante el Fiscal General del Estado, cargo en la actualidad que ocupa Jeff Sessions. Es en su persona en la que descansa la justificación de Trump para despedir a Comey, como pone de manifiesto en la carta, en la que asegura haber recibido su recomendación para destituirle, porque «no está capacitado para liderar la Oficin»”. Se da la circunstancia de que nada más tomar posesión, el presidente confirmó en el cargo a Comey.

El único precedente reciente de destitución de un director del FBI se encuentra en julio de 1993, cuando Bill Clinton despidió a William S. Sessions, alegando razones «éticas», debido principalmente a su verborrea crítica con el matrimonio Clinton.

Algunos medios comparan la destitución de Comey con la llamada «masacre del sábado noche», instigada por el presidente Nixon, quien el 20 de octubre de 1973, acorralado por el caso Watergate, abrió una cascada de ceses al destituir al fiscal especial que le investigaba, Archibald Cox. Hay que recordar que al principio de su mandato, Trump destituyó también fulminantemente a la adjunta al Fiscal General, Sally Yates, por oponerse abiertamente a su orden ejecutiva que prohibía el acceso a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.

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