Las críticas a Trump llegan a su círculo íntimo

Gary Cohn protagoniza la primera crítica dentro de la Casa Blanca, sumida en peleas intestinas, a la reacción del prsidente a la violencia en Charlottesville

Gary Cohn, a la derecha de Trump en el despacho Oval

JAVIER ANSORENA

La lamentable reacción de Donald Trump a la violencia provocada en Charlottesville (Virginia) -puso en el mismo nivel a los neonazis y supremacistas, por un lado, y a los contramanifestantes, por otro- provocó críticas generalizadas en el partido republicano. Un aluvión de senadores y representantes de peso salieron a condenar las palabras de Trump, que llegó a decir que entre los supremacistas que gritaban «¡no dejaremos que los judíos nos sustituyan!» había «gente buena» que solo quería proteger los símbolos confederados. Era un secreto a voces que la posición del presidente había decepcionado a parte de su círculo íntimo, incluidos su yerno, Jared Kushner, y su hija, Ivanka Trump , ambos judíos. Pero nadie de la Casa Blanca había salido a la opinión pública a criticar al jefe. Hasta este viernes, cuando Gary Cohn, el director del Consejo Nacional Económico, se desmarcó en una entrevista en «Financial Times», en la que dijo que la Casa Blanca «tiene que hacerlo mejor a la hora de condenar de forma consistente e inequívoca» a los grupos supremacistas, neonazis y al Ku Klux Klan, a los que nunca se puede comparar con «ciudadanos que se posicionan a favor de la igualdad y la libertad».

Contrario a Bannon

Cohn, que es judío, ya había mostrado de forma privada su malestar con las declaraciones de Trump. Tras la entrevista, la Casa Blanca reaccionó a través de su portavoz, Sarah Huckabee Sanders , que se limitó a reconocer que Cohn fue «abierto y honesto» y que «a nadie le sorprende sus comentarios». A Trump, sin embargo, le enfurecieron, según aseguraron fuentes de la Casa Blanca a medios estadounidenses como «The Washington Post» o «The New York Times». La posición de Cohn es clave en la Casa Blanca, en un momento en el que Trump pretende dar un impulso a su agenda reformista con una nueva propuesta fiscal y un plan de estímulo para las infraestructuras, dos asuntos en los que su asesor es clave. Incluso Cohn era hasta ahora el principal candidato de Trump para sustituir a Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal, cuando su mandato concluya el año que viene.

Las críticas de Cohn, que llegó a preparar una carta de dimisión, suceden además en medio de peleas intestinas en la Casa Blanca, que han acabado con la salida de pesos pesados del círculo íntimo de Trump . Cohn era un opositor a la agenda ultranacionalista de Steve Bannon, el estratega jefe de Trump, que salió del Gobierno la semana pasada. Junto con Kushner, Cohn es uno de los «globalistas» -moderados en la versión del «EE.UU. primero»- a los que ha combatido Bannon dentro y fuera de la Casa Blanca. Uno de los principales aliados de este último, Sebastian Gorka, un asesor de seguridad nacional con posiciones muy fuertes en inmigración y sobre el Islam, ha sido forzado a renunciar. Se reunirá con Bannon en el portal de ultraderecha Breitbart, donde ahora será el azote de, entre otros, el propio Cohn

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