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Este podría ser el proyectil probado el domingo por Corea del Norte - EFE

Corea del Norte asegura que su nuevo misil puede cargar una cabeza nuclear

Pyongyang confirma que Kim Jong-un supervisó el lanzamiento del proyectil de rango medio Hwasong-12, que puede volar 4.000 kilómetros y golpear la base de EE.UU. en Guam, en el Pacífico

Corresponsal en Pekín Actualizado: Guardar
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Un día después de dispararlo, Corea del Norte ha anunciado este lunes que dispone de un nuevo misil de rango medio a largo con capacidad nuclear. Confirmando el lanzamiento, que fue supervisado por el joven dictador Kim Jong-un, la agencia estatal de noticias KCNA asegura que «el ensayo perseguía verificar las especificaciones tácticas y técnicas de un nuevo misil balístico capaz de cargar una pesada cabeza nuclear de gran tamaño». Este nuevo proyectil, bautizado por el régimen como Hwasong-12, parece ser uno de los mostrados sobre rampas móviles en el gran desfile militar que tuvo lugar en Pyongyang el pasado 15 de abril, cuando se celebró el 105 aniversario de Kim Il-sung, padre de la patria y abuelo de su actual caudillo.

Tal y como habían detectado los Ejércitos de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, el régimen de Kim Jong-un detalló que el misil había sido disparado en su ángulo más vertical para ascender a 2.111,5 kilómetros de altura y recorrer luego en su descenso 787 kilómetros. Eso significa que el cohete salió al espacio y volvió a reentrar en la atmósfera sin desintegrarse hasta caer en el Mar de Japón a unos 500 kilómetros de la costa rusa, lo que sin duda no debe de haberle hecho mucha gracia a su presidente, Vladimir Putin.

Esta prueba balística demuestra el avance del programa de misiles norcoreano. A tenor de los expertos, este nuevo tipo de proyectil podría recorrer al menos 4.000 kilómetros si fuera disparado en horizontal, lo que pondría a tiro la base estadounidense de Guam en el Pacífico. «Si EE.UU. intenta torpemente provocar a la República Democrática Popular de Corea, no escapará al mayor desastre de la historia», advirtió Kim Jong-un, con su habitual tono belicoso, en la nota difundida por la KCNA. Aunque Pyongyang insiste en que el territorio estadounidense y sus operativos en el Pacífico están en el rango de su nuevo cohete, los expertos no creen que pueda golpear Hawái, a 7.000 kilómetros, ni por supuesto la costa oeste, a unos 10.000.

Pero el éxito de este ensayo certifica los progresos de Corea del Norte hacia la consecución de un misil intercontinental que amenace a EE.UU., como anunció Kim Jong-un en su discurso de año nuevo. Además de este nuevo cohete, Pyongyang ya probó el pasado 12 de febrero otro misil de rango intermedio, denominado Pukguksong-2, que podría ser lanzado desde sus submarinos, lo que dificultaría su localización tanto o más que si fuera lanzado desde rampas móviles.

«Este último y exitoso ensayo representa un nivel de actuación nunca antes visto en un misil de Corea del Norte», advirtió en un análisis la organización 38 North, que estudia la capacidad militar de Pyongyang. A su juicio, parece que el régimen de Kim Jong «no solo ha demostrado que tiene un misil de rango intermedio que puede permitirle un ataque certero a la base de EE.UU. en Guam, sino, lo que es más importante, puede representar un avance sustancial en el desarrollo de un proyectil balístico intercontinental».

Para analizar la situación, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este martes a petición de EE.UU., Japón y Corea del Sur. Con esta nueva provocación, Kim Jong-un lanza un órdago al presidente Trump, quien ha endurecido sus advertencias y enviado una flotilla cerca de aguas coreanas para impedirle que lleve a cabo su sexto ensayo nuclear. Además, Pyongyang responde así a la oferta de diálogo planteada por el nuevo presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, quien quiere rebajar la tensión para reabrir el diálogo. Pero, como ya se sabe, dos no hablan si uno no quiere.

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