Pedro Passos Coelho
Pedro Passos Coelho

Coelho confía en «seducir» a nueve de los 14 diputados socialistas que recelan de acercarse a la izquierda radical

Necesita sus apoyos para que los 107 escaños del centroderecha puedan alcanzar los 116 necesarios para su investidura como primer ministro por segunda vez consecutiva

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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El «culebrón» para formar nuevo gobierno en Portugal se halla en su fase decisiva, pero el nivel de incertidumbre apenas se rebaja. La gran esperanza de Pedro Passos Coelho para continuar como primer ministro reside en los 14 diputados que se han distinguido en los últimos meses como voces discordantes dentro del Partido Socialista.

El líder del centroderecha necesita sumar nueve apoyos (tiene 107 escaños en el Parlamento, frente a los 116 necesarios para alcanzar la mayoría absoluta) y apela a estos «indisciplinados», nada favorables al posible acuerdo con la izquierda radical.

Con la vista puesta en este horizonte, el gabinete designado por Passos Coelho toma posesión este viernes 30 de octubre. Y lo hace con una clara concesión al PS de António Costa: el Ministerio de Cultura e Igualdad.

Este ha sido el primer guiño a su principal oponente desde que éste rechazó la primera mano tendida para crear una gran coalición, que alejaría definitivamente el fantasma de la inestabilidad política.

Ahora la formación Portugal à Frente se afana en atraer, por tanto, al menos a nueve de esos 14 diputados, amparándose en que varios de ellos han puesto el grito en el cielo al ver a Costa conversando con la CDU del comunista Jerónimo de Sousa y el Bloco de Esquerda de Catarina Martins.

El tiempo se echa encima: los próximos 9 y 10 de noviembre se celebrarán las dos jornadas cruciales en la Asamblea de la República: debate parlamentario y votación para refrendar o rechazar la segunda legislatura consecutiva de Passos Coelho.

El flamante ministro de Justicia, Fernando Negrao, acaba de reconocer que, si los socialistas y sus aliados dan un portazo al centroderecha, el actual mandatario no es proclive a permanecer como gobierno pendiente de un hilo.

En ese caso, puede suceder que el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, se vea obligado a rectificar y ceder la batuta al tripartito PS-BE-CDU, temido desde Bruselas porque implicaría perpetuar la estela europea iniciada por Syriza.

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