La coalición de derechas autriaca acuerda pagar 1.500 euros anuales por hijo

Fuerte respaldo a las familias de ingresos medios en la negociación del pacto para el nuevo Ejecutivo

El líder conservador austriaco, Sebastian Kurz REUTERS

ROSALÍA SÁNCHEZ

«Lo prometí y lo he cumplido», ha celebrado en Facebook el líder de la extrema derecha austriaca del FPÖ, Christian Strache , el último punto acordado para el programa conjunto de la coalición con el conservador Sebastian Kurz , un bono de 1.500 euros por niño y por año que comenzarán a recibir las familias en cuanto se forme gobierno. «Tiene que quedar claro que la presencia de nuestro partido en el gobierno significa un alivio palpable para las familias de ingresos medios», ha explicado esta mañana antes de entrar en la siguiente ronda de negociación, a la que los socios acuden con el objetivo de terminar de redactar un acuerdo provisional hoy mismo, como tarde mañana, al que ya solo quedaría el fácil trámite de aprobación por parte de los partidos.

La presidenta del Consejo Nacional Austriaco, Elisabeth Köstinger , ha confirmado que toma de posesión del nuevo Gobierno podría producirse entre el 18 y el 20 de diciembre. En caso de dificultades de última hora, se contempla el 8 de enero de 2018 como fecha alternativa para la investidura de la asociación entre el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) y el Partido Popular de Austria (ÖVP). «En todo caso antepondremos la calidad a la rapidez de las negociaciones», dicen fuentes cercanas al proceso, «no ocurrirá nada grave si llegamos a culminarlas después de la Navidad». Ambas formaciones describen las negociaciones hasta ahora como «cordiales y constructivas», a la vez que aseguran que conducirán a «un Gobierno estable».

En las elecciones parlamentarias austríacas, celebradas el 15 de octubre, ganó el FPÖ con el 31.5% de los votos, liderado por el ministro de Exteriores, Sebastian Kurz, quien durante la campaña expresó reiteradamente su rechazo a una posible gran coalición con los socialdemócratas, quienes obtuvieron el segundo lugar. Con el FPÖ, un partido fundado por antiguos nazis a principios de los años 50 y que mantiene desde entonces una línea abiertamente anti europea, Kurz ha coincidido con gran facilidad en la conveniencia de un endurecimiento de la legislación de inmigración y asilo, así como en una reforma administrativa que comenzará con una auditoría a fondo, por parte del Ministerio de Finanzas, para ver dónde pueden recortarse gastos, y también una reforma social que permita reducir los impuestos.

«La familia ha de ser apoyada con medidas excepcionales, debemos convertir la familia el algo asequible a través de un sistema impositivo favorable como alternativa a la tributación usual», ha defendido el vicepresidente del FPÖ Norbert Hofer, añadiendo además que «esto es solo el principio, la gran reforma tributaria vendrá más tarde», en referencia a una exención de unos 1.900 euros por familia al año cuyos detalles están todavía siendo negociados.

Y mientras los negociadores van cerrando los flecos del acuerdo, Christian Schtrache se pronuncia ya sobre asuntos internacionales con la propiedad que lo haría un ministro austriaco. Acaba de decir, por ejemplo, que «yo no lo dudaría, rompería el consenso europeo que se niega a reconocer a Jerusalén como capital de Israel y trasladaría allí nuestra embajada». «Yo sin duda lo haría», ha dicho en una entrevista con el diario Kurier, en la que también reconocía que «Austria, como país neutral, debe cuidarse de actuar de forma unilateral y debe encontrar opiniones afines en el seno de la UE, pero por supuesto es posible mantener posiciones distintas a la mayoritaria».

Según lo negociado hasta ahora, Strache ocupará el cargo de Ministro de Interior en la coalición azul-turquesa. El FPÖ se hará en conjunto con seis Ministerios del nuevo gobierno, entre los que están también Exteriores, Defensa, Asuntos Sociales y Transporte, además de otro añadido que posiblemente Strache diseñe a medida. Sobre la mesa ha estado un proyecto para unificar Interior y Defensa, que quedarían bajo una cartera en manos de Strache, aunque no ha trascendido el acuerdo definitivo al respecto. Se trata de un asunto delicado porque la separación se produjo después de 1934, cuando la policía y el ejército dispararon juntos a trabajadores en manifestaciones callejeras, tras lo cual nadie había osado revisar la estructura ministerial. De hecho solo en 2003 volvieron a estar ambos en manos de un solo partido, los conservadores, por lo que concentrar las dos carteras y dárselas a Strache rompe un importante tabú en Asutria.

Los últimos acuerdos sobre la mesa corresponden a la prohibición de fumar que ha ganado el FPÖ contra una posición sobre el acuerdo de libre comercio con Canadá CETA en la que ha sido el ÖVP el que se ha llevado el gato al agua. A partir de mediados de 2018 regirá una prohibición general del tabaco en todos los establecimientos gastronómicos según los deseos del paradójicamente empedernido fumador Strache, mientras hasta ahora la prohibición servía solamente para locales de determinado tamaño. A cambio, Kurz obtiene el visto bueno para ratificar el CETA el próximo año, de forma que el referéndum acerca del tratado no será necesario.

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