El primer ministro británico, David Cameron, firma en el libro de condolencias de la Embajada francesa en Londres
El primer ministro británico, David Cameron, firma en el libro de condolencias de la Embajada francesa en Londres - AFP

Cameron llevará al Parlamento los bombardeos a Daesh en Siria

En 2013 perdió una votación para hacerlo y quiere garantizar que ganará la moción antes de presentarla

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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David Cameron manifestó hoy en la Cámara de los Comunes su deseo de ampliar los bombardeos británicos contra Daesh a territorio sirio y proponer una votación parlamentaria al respecto, aunque no concretó una fecha. En septiembre del año pasado, el Gobierno conservador logró el apoyo del Parlamento para atacar las posiciones del califato terrorista en Irak. Desde entonces sus cazas han lanzado allí 350 operaciones de bombardeo contra los yihadistas. Pero se da la paradoja que mientras que Daesh se extiende por los dos países y tiene su capital en Raqqa (Siria), el esfuerzo bélico inglés se centra solo en la rama de Irak.

El primer ministro reconoció ayer esta incongruencia: «Estado Islámico no solo está presente en Irak. Opera a través de la frontera con Siria y para EI todo es un único espacio.

Es en Siria, en Raqqa, donde tienen su cuartel general. Es allí donde se planean y orquestan las principales amenazas contra nuestro país. Raqqa es la cabeza de la serpiente». También hizo hincapié en que los atentados de París «dan más razones para extender los bombardeos a Siria».

Cameron se muestra con todo cauteloso, porque cree que perder la votación parlamentaria para bombardear a Daesh en Siria «podría minar el prestigio británico». El Partido Conservador es además en este debate rehén de su propia historia reciente, pues se opuso a la participación del Reino Unido en la invasión de Irak impulsada por el laborista de centro Tony Blair.

Durante su comparecencia recordó de nuevo que este año la pPolicía británica ha desarticulado siete planes de los terroristas islámicos para atentar en el Reino Unido. En su réplica en la Cámara, Jeremy Corbyn, el líder laborista, estuvo más comedido de lo esperado y se limitó a señalar que toda actuación bélica británica en Siria deberá acometerse bajo el paraguas de la ONU y el acuerdo de la comunidad internacional.

El tono contenido de Corbyn, que fue el presidente de la coalición «Stop de War» durante la guerra de Irak, tal vez guarde relación con la polvareda que han levantado en su propio partido sus declaraciones tras los brutales atentados de París. Conocido por sus convicciones pacifistas, el lunes en una entrevista en la BBC se mostró contrario a disparar a matar a los terroristas que atacan las ciudades europeas: «En general no estoy contento con la política de disparar a matar. Es bastante peligrosa y puede resultar contraproducente», declaró Corbyn, que no explicó cuál es su alternativa para frenar un terrorista fanático cuando está disparando contra civiles.

Fisuras en los laboristas

Sus palabras, dichas en caliente tras los 129 muertos de los atroces atentados de París, provocaron en la noche del propio lunes una fogosa discusión en el grupo parlamentario laborista, donde un diputado llegó a calificar las palabras de su líder de «salvajada». Ahora el ministro de Exteriores del Gobierno en la sombra de Corbyn ha ahondado en las críticas. En rotunda contracción con su jefe de filas, Hilary Benn ha dicho hoy en BBC Radio que es «perfectamente razonable» disparar a matar a un terrorista cuando hay vidas amenazadas. Benn recordó que «es un precedente largamente establecido que se puede usar la fuerza legal para prevenir la pérdida de vidas».

El ministro de Exteriores del gabinete en la sombra laborista también apoyó la eliminación de Mohammed Emwazi (Jihadi John) en Raqqa, que fue bombardeado por un dron de Estados Unidos. Corbyn se había opuesto y había dicho que le habría gustado «mucho más que fuese llevado a un tribunal de justicia». Una vez más, Corbyn no explicó cómo se hace para ir a Raqqa, detender a Jihadi, leerle sus derechos y traerlo al Reino Unido para que rinda cuentas ante un tribunal.

Los laboristas en principio votarían contra extender los ataques a Siria, pero se cree que medio centenar de sus diputados podrían rebelarse y votar con los conservadores a favor de los ataques.

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