Bruselas considera que Londres deberá pagar hasta 2023

El comisario de presupuesto aclara que sus obligaciones no terminan en 2020

El comisario Ottinger, en su despacho REUTERS

ENRIQUE SERBETO

Como en cualquier divorcio, al final lo que cuentan son los números. El comisario europeo de presupuesto, el alemán Gunter Oettinger , ha declarado en una entrevista en su país que el Reino Unido deberá seguir contribuyendo al presupuesto comunitario al menos hasta 2023 , es decir, cuatro años después de que se produzca su salida efectiva del bloque en marzo de 2019. Londres ha dicho que está dispuesto a «respetar sus compromisos internacionales», pero no acepta que eso suponga una contribución que vaya más allá de su permanencia, o, en todo caso, si acepta pagar quiere vincularlo a las ventajas que pueda mantener en el acceso al mercado único una vez que lo haya abandonado.

Los cálculos de Oettinger, un dirigente muy próximo a Angela Merkel, son que el Reino Unido ha asumido la responsabilidad de financiar parte del presupuesto de la UE dentro del marco financiero plurianual vigente desde 2014 hasta 2020 , cuyo importe «se votó unánimemente y contó con la aprobación del Gobierno británico bajo el liderazgo de David Cameron en el año 2013». Y la británica no fue una intervención cualquiera, sino que escrutó hasta el último céntimo y Cameron se jactó de haberlo encorsetado. Además, el responsable del presupuesto comunitario entiende que esos compromisos se extienden más allá del periodo presupuestario, porque son programas y garantías a largo plazo. En la entrevista que publicaba ayer el diario alemán «Welt am Sonntag», Oettinguer asegura que las autoridades británicas «deben cumplir plenamente con todas sus obligaciones financieras hasta finales de 2020 y proporcionar pagos adicionales a la UE hasta 2023». Ciertos cálculos hablan de que la cantidad puede llegar a los 100.000 millones de euros y, según informaciones no oficiales, el Reino Unido puede aceptar una cantidad limitada en esta factura del finiquito europeo de hasta 40.000 millones de euros, pero desea vincularlo a sus condiciones de acceso futuras al mercado único. Sería una forma de explicar a la opinión pública británica la justificación de este desembolso, puesto que en la campaña por la salida de la UE los partidarios del Brexit estuvieron argumentando que la separación supondría, al revés, aumentar los ingresos por lo que dejarían de pagar a Bruselas.

En la última ronda de negociaciones se volvió a poner de manifiesto que este será uno de los aspectos más controvertidos . Para la UE se trata solamente de un asunto contable, que se refiere a las cantidades que han sido asumidas libremente por Londres y que corresponden a programas ya adjudicados.

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