Gleii Hoffmann, durante la sesión en el Senado
Gleii Hoffmann, durante la sesión en el Senado - AFP

Bronca en el Senado en el primer día de juicio a Dilma Rousseff

Senadores a favor y en contra de la presidenta suspendida se insultaron y a punto estuvieron de llegar a las manos

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La tensión se respira en el pleno del Senado brasileño, donde el miércoles comenzó el juicio que definirá el futuro de la ahora apartada presidenta Dilma Rousseff. En la primera sesión, dirigida por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, senadores a favor y en contra de Rousseff se insultaron y a punto estuvieron de llegar a las manos.

En el momento más acalorado, Gleisi Hoffmann, senadora y exministra de Rousseff, dijo que la Cámara no tenía la suficiente «moral» para juzgar a la mandataria. El senador Ronaldo Caiado, contrario al gubernamental Partido de los Trabajadores (PT), respondió que él no era un «ladrón jubilado», refiriéndose al marido de Hoffmann, Paulo Bernardo, exministro de Luiz Inácio Lula da Silva y de Rousseff.

Hombre fuerte del PT, Bernardo llegó a ser preso en junio en la operación Lavacoches, que investiga desvíos durante el Gobierno Lula (2003-11). Su esposa también es investigada.

La sesión del juicio, que puede demorarse una semana, prosiguió llena de interrupciones y discusiones entre los senadores, en un debate caótico que comenzó después de las participaciones de la abogada Janaina Paschoal, una de los autores de la denuncia contra Rousseff, y de José Eduardo Cardozo, defensor oficial de esta. Rousseff está acusada de maniobras contables en el presupuesto, pero no por los escándalos de corrupción del PT. El veredicto final debe ser aprobado por un tercio de los legisladores, 54 del total de 81. La balanza sigue por ahora desfavorable a Rousseff. Las apuestas apuntan a que su destitución se confirmará por entre 60 y 63 votos.

Rousseff, que ha reiterado que «luchará» hasta el final prepara un discurso de defensa en el pleno para el lunes como la última carta que puede salvarla. Pero los analistas e incluso sus correligionarios consideran que sus opciones son mínimas. Si se confirma su salida, Rousseff será inelegible por ocho años y el actual presidente interino, Michel Temer, su exvicepresidente, la sucedería si supera el proceso de ratificación.

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