El Brexit obligará a los británicos a jubilarse mucho más tarde

Los empresarios detectan que muchos inmigrantes comunitarios sopesan ya dejar el país

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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La decisión de Theresa May de elegir el Brexit duro, primando el control de la inmigración sobre la permanencia en el mercado único, castigará la vida ordinaria de los británicos. Una encuesta entre empresarios alerta de que han comenzado a detectar una fuga de trabajadores comunitarios, lo que provocaría un aumento de los precios. Por su parte, el experto de la patronal que asesora al Gobierno en tema de pensiones calcula que el recorte drástico de la inmigración obligará a los británicos a trabajar hasta pasados los 70 años para poder cobrar su paga de jubilación.

El Instituto de Personal y Desarrollo (CIDP), que agrupa a los profesionales en recursos humanos, y la firma Adecco, ha encuestado a mil empresarios.

Uno de cada cuatro asegura que sus empleados comunitarios dejarán el Reino Unido este año. La merma de inmigrantes de la UE que causará el Brexit duro lastrará a sectores como los proveedores de alimentos, las manufacturas, los cuidados sanitarios y los hospitales. Debido a la incertidumbre que ha generado la salida de la UE, en los últimos meses se ha detectado además una acusada caída del número de comunitarios que llegan al país. Si la media venía siendo de 60.000 por trimestre, en los tres meses hasta septiembre solo hubo 30.000.

Los empresarios aseguran que los trabajadores comunitarios, cualificados y sin conocimientos, son «una reserva esencial» del mercado laboral británico y que sin ellos subirá la cesta de la compra. El 43% de los encuestados del sector de la educación y el 49% en la salud confirman también que los europeos están empezando a marcharse. En paralelo, un estudio del Monitor de Empleo de Londres ha detectado una caída del 29% el mes pasado de quienes buscan empleo en la City, que en gran parte han optado por dirigirse a otros centros financieros.

Más alarmarte casi para el gran público es la advertencia que ha lanzado John Cridland, el director de la patronal CBI que asesora al Gobierno en materia de pensiones. A su juicio el Brexit «hace incierto el futuro de las pensiones». La prohibición de que lleguen inmigrantes europeos podría obligar a los británicos a trabajar hasta pasados los 70 años antes de recibir su pensión.

Frente a estas advertencias hay que reconocer que hasta ahora todos los pronósticos agoreros para la economía británica han fallado, excepto la devaluación de la libra, que ya es un hecho. El Reino Unido creció un 0,6% en el último trimestre del año, manteniendo así el ritmo de los dos anteriores, y 2016 se cierra con un crecimiento del 2% (España logró un 3,3%). Las cifras británicas han mejorado los pronósticos.

Estancamiento

El FTSE 100, que agrupa a los mayores valores de la bolsa de Londres, estaba en 5.900 puntos hace un año y en cifras similares también en los días previos al referéndum, pero hoy marca 7.178 puntos. No se ha desplomado, todo lo contrario. La tasa de paro es del 4,8%, la menor en once años, con 1,6 millones de desempleados y 31,7 millones de ocupados.

Sin embargo, hay indicios de que el mercado inmobiliario del lujo de Londres se ha estancado y se perciben cosas insólitas hasta hace poco, como la retirada de ciertas marcas de lujo en algunas zonas (Chanel, por ejemplo, ha cerrado su clásica tienda en South Kensington). El Brexit envía al mundo un mensaje de incertidumbre. Además, a pesar de los esfuerzos del alcalde laborista Sadiq Khan, que mantiene una campaña en marcha para pregonar que «Londres sigue abierto», lo cierto es que la ola nacionalista que se ha apoderado del poder británico envía un mensaje antipático al extranjero y retrae la inversión.

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