Silvio Berlusconi vota durante las elecciones municipales en Roma, apenas tres días antes de su hospitalización
Silvio Berlusconi vota durante las elecciones municipales en Roma, apenas tres días antes de su hospitalización - EFE

Berlusconi: «confío en Dios y en los médicos»

El ex primer ministro italiano lucha por su sucesión en Forza Italia, mientras su hija se muestra furiosa con el «círculo mágico» que asiste a su padre y que siempre lo acompaña

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La guerra en torno a Silvio Berlusconi se ha desatado de inmediato, tras su ingreso en el hospital. A dos niveles: por la sucesión en Forza Italia y por el profundo malestar de sus hijos -en particular su hija Marina se ha mostrado furiosa- contra el llamado «círculo mágico» del exprimer ministro.

Berlusconi será operado en la próxima semana a corazón abierto, para reemplazarle una válvula aórtica, en el hospital San Rafael de Milán. Teniendo en cuenta los muchos intereses que hay a su alrededor –las empresas, la política, vida privada, la familia- , se han desatado las típicas luchas, divisiones e incomprensiones que emergen en la política y en las dinastías familiares en los momentos del crepúsculo.

No es un secreto que su hija mayor, Marina, se ha lamentado contra el llamado «círculo mágico», que encabeza la napolitana Francesca Pascale, novia de Berlusconi, y su asistente personal, la senadora Mariarosaria Rossi: «Lo habéis exprimido demasiado. Comprendo las exigencias políticas, pero mi padre no estaba ya en grado de sostener ciertos ritmos y hay que dejarlo en paz». Las rabiosas palabras de Marina las recogen diversos medios italianos: «Estaba muriendo por vuestra culpa. ¿Cómo es posible que la última semana de la campaña electoral, cuando ya mostraba gran fatiga, no se haya frenado su actividad, en correspondencia con su edad, próxima a los 80 años?» Estas han sido las dolorosas palabras de su hija Marina contra la novia y asistentes más próximos del ex primer ministro.

La pregunta que también se hace diversos medios italianos es si el problema cardíaco de Berlusconi podía haber sido descubierto antes. ¿Cómo es posible que una patología como ésta, insuficiencia aórtica, que se instaura con el tiempo y en general no de forma aguda, no haya sido detectada a tiempo por parte de quienes están a su alrededor y de quien lo sigue clínicamente, para haber iniciado en tiempo útil una terapia médica? ¿Cómo es posible que haya corrido peligro de muerte? Son preguntas que echan leña al fuego de las peleas y polémicas que han alterado los frágiles equilibrios de la familia de Berlusconi con su «círculo mágico».

Su médico ha dicho que sobre su futuro en política le corresponderá decidir a Silvio Berlusconi, pero ha dejado muy clara su posición: «Basta de política». La batalla por su sucesión en Forza Italia ya se ha iniciado. Son muchos los pretendientes, pero ninguno es capaz de federar o unir las distintas tendencias del centro derecha, como él hizo en otro tiempo al crear una alianza que incluía a la Liga Norte y a los posfascistas. En torno a su lecho del hospital milanés de San Rafael, giran muchos interrogantes y muchas variables que pueden condicionar la política italiana en los próximos meses. A Berlusconi, por ahora solamente le queda, como él mismo ha dicho, «confiar en Dios y en los médicos».

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