El ex alcalde de Londres Boris Johnson
El ex alcalde de Londres Boris Johnson

Las altas cifras de inmigrantes dan oxígeno al Brexit

La inmigración neta en el Reino Unido crece en 333.000, su segunda mayor cifra, y Boris Johnson afirma que está «fuera de control»

LONDRES Actualizado: Guardar
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El dato que más temía la campaña Remain, la cifra neta de inmigrantes al Reino Unido, se ha dado a conocer hoy, a solo cuatro semanas para el referéndum del 23 de junio. Como era de esperar, el éxito económico de Gran Bretaña sigue siendo un imán. El dato de inmigración neta, el balance entre la gente que llega al país y la que se va, ha sido en 333.000 personas en doce meses, según la Oficina Nacional de Estadística. Supone el segundo mayor volumen registrado y da oxígeno a los partidarios del Brexit, que tienen en el tema de los inmigrantes uno de sus grandes argumentos, exprimido a veces con tintes casi xenófobos (o sin casi).

Boris Johnson habla de un “escandaloso fracaso del Gobierno” (Cameron prometió en su día situar la cifra por debajo de los cien mil inmigrantes anuales y lo cierto es que se triplica).

El líder de facto de la campaña pro Brexit asegura que “la inmigración está fuera de control”. Nigel Farage, el líder del partido eurófobo UKIP, concuerda y va más allá, pues llega asegurar que “las cifras reales son mucho más altas”, acusando implícitamente a la Administración de manipular los datos.

En el año 2015 llegaron al Reino Unido 270.000 ciudadanos procedentes de la UE (frente a 264.000 de 2014); de fuera de la UE fueron 277.000. También ha contribuido a disparar el balance neto de entradas y salidas el hecho de que son menos los británicos que se van de su país.

En el Reino Unido hay actualmente 2,1 millones de trabajadores cotizantes procedentes de la UE, 224.00o más que hace un año. En número de cotizantes de nacionalidad británica es de 28,2 millones, 185.000 más. Pero hay un dato que escuece a muchos británicos pura cepa, y más con la propaganda xenófoba en boga: la mitad de los empleos que se crearon el año pasado fueron para extranjeros.

El Gobierno ha optado más bien por hacer el avestruz y por ahora no ha salido a hablar mucho del tema. Cameron está en la cumbre del G7 en Japón y entre quienes han hablado, el secretario de Estado de Interior se ha limitado a señalar que “dejar la UE tampoco sería la panacea ni la bala de plata” para reducir la inmigración.

Boris Johnson ha aprovechado los datos para lanzar avisos de corte malthusiano. Alertó que de seguir creciendo la inmigración a este ritmo, “habrá muy pronto 80 millones de habitantes, un cambio enorme en nuestro modo de vida por el que no creo que esté la gente de este país”. A su juicio, seguir en la UE será “dar un beso de despedida para siempre al control de la inmigración”.

Como suele suceder en Johnson, ha vuelto a manejar las cifras con cierta alegría. Según el Servicio Nacional de Estadística (ONS), se tardaría once años en llegar a 70 millones de habitantes y 25 años en alcanzar los 74. Es decir, que ni en un cuarto de siglo se llegaría a los 80 que Boris teme para “muy pronto”.

Mascarón de proa

El ex alcalde de Londres ha sido criticado hoy por Juncker, el presidente de la Comisión Europea, desde la cumbre del G7 en Japón: “Leo en los periódicos que Boris Johnson ha pasado parte de su vida en Bruselas. Es tiempo de que vuelva allí, para que compruebe si todo lo que está diciendo a los británicos se adecúa a la realidad. Yo no lo creo, así que será bienvenido en cualquier momento”.

La entrada en el debate doméstico del referéndum por parte de Juncker, y más cargando contra Johnson, que ahora mismo es el mascarón de proa del nacionalismo inglés, hace flaco favor a la campaña de Cameron para seguir en la UE. Boris, aunque controvertido, es enormemente popular y Juncker no gusta en Inglaterra, en parte porque el propio Cameron peleó sin éxito para que no fuese nombrado. El jefe de gabinete de Juncker también medio en la polémica, escribiendo en Twitter que Boris Johnson como primer ministro sería “un escenario de horror” y lo comparó a Trump, Marie Le Pen y Beppe Grillo.

Johnson por ahora con ha querido entrar en el cuerpo a cuerpo y se limitó a señalar que los británicos no quieren una UE que solo aspira a crear un súper Estado federal, al servicio del euro y bajo la batuta alemana.

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