El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, junto al presidente francés, François Hollande en Bruselas
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, junto al presidente francés, François Hollande en Bruselas - AFP

La UE alcanza un acuerdo con Turquía para enviarle a todos los inmigrantes que lleguen a Grecia

Los nuevos «sin papeles» que arriben a las islas griegas serán inscritos #en un registro y expulsados, pero #no habrá deportaciones masivas

Corresponsal en Bruselas Actualizado: Guardar
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La Unión Europea y Turquía llegaron ayer finalmente a un acuerdo para gestionar el flujo de refugiados sirios hacia Europa, basado en el principio de que los que lleguen a las islas griegas de forma irregular serán devueltos a Turquía, a cambio de que los que soliciten protección desde este último país serán atendidos por «vías legales» para poder instalarse en Europa. Como contraprestación, Turquía ha logrado el compromiso de que se abrirá al menos un nuevo capítulo de los muchos que quedan pendientes en su proceso de negociaciones de adhesión, y que la Comisión Europea examinará con celeridad si cumple los compromisos para que sus ciudadanos puedan entrar en la UE sin visado. Aunque el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, insistió en que no lo hacían por dinero, el paquete incluye una suma de entre 3.000 y 6.000 millones de euros para atender a los refugiados.

Davutoglu hizo hincapié en que el resultado final se basa esencialmente en la propuesta que ya presentó hace diez días, pero en realidad lo que ha obtenido es bastante menos de lo que exigió entonces. El único capítulo de negociación del que se habla es uno de los más técnicos (política presupuestaria) y no se menciona ni directa ni indirectamente los que quería Ankara y que afectan a aspectos estratégicos para un país miembro como Chipre. En cuanto a la exención de visados se insiste en que no se modificará la política europea ni un milímetro y se entiende que solo se aprobará por parte del Consejo y el Parlamento en caso de que se cumplan estrictamente los requisitos.

En esencia, el pacto supone que los refugiados que lleguen ilegalmente a Grecia a partir de mañana podrán ser devueltos a Turquía. Para los dirigentes europeos, la complicación esencial ha sido encontrar una fórmula que garantice que en ese proceso se van a respetar los principios esenciales de la legislación europea e internacional sobre derecho de asilo, pero todo el mundo sabe que el objetivo es detener esa vía de entrada masiva de inmigrantes. Es decir que, aunque el requisito es que el análisis se lleve a cabo de forma individualizada y personal, el resultado que se supone que se va a producir es que la mayoría de las demandas de asilo serán rechazadas. El Gobierno griego ha pedido a sus socios europeos que envíen 2.400 expertos para ayudar a sus jueces y funcionarios a procesar todo este movimiento de personas. El Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (Acnur) ha dictaminado formalmente que el contenido del acuerdo respeta efectivamente las normas correspondientes, aun advirtiendo de que lo más importante será el modo en que este se aplique en realidad.

En cuanto a Turquía, a pesar de que el país carece de legislación genérica sobre asilo, el primer ministro Davutoglu ha dicho que no tienen intención de hacer cambios legales, dado que «nos podemos sentir orgullosos de nuestra acogida a los refugiados».

Alivio temporal

En realidad, Davotuglu no se ha privado de cierta hostilidad hacia «países cuyo nombre no quiero mencionar y cuyos dirigentes han dicho que no querían recibir musulmanes» o a otros como Bélgica, por «permitir la exhibición de símbolos de organizaciones terroristas» como las de los movimientos kurdos, e incluso, puestos a ello, recordando a «nuestros mártires» en el 101 aniversario de la batalla de Gallípoli, que fue el fracaso de una operación anglo-francesa contra el Imperio Otomano.

El alivio con el que los europeos han recibido este acuerdo, arrancado casi con fórceps, no es más que temporal. Ayer mismo se supo que la UE podría lanzar una operación civil en Libia, como primera medida para intentar evitar que se reproduzca una situación similar a la de Siria, con una nueva oleada de refugiados. En una reunión restringida de los países eventualmente más afectados, España entre ellos, al margen del Consejo Europeo, la alta representante para la Política Exterior mostró informes según los cuales en la actualidad hay cerca de medio millón de personas que podrían optar por intentar entrar clandestinamente en Europa.

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