May abroncaba a los policías que se quejaban de los recortes de plantilla

A diferencia de Corbyn, que carece de cualquier experiencia de Gobierno, May sí tiene un pasado de peso, para lo bueno y para lo malo. Labró su reputación como una admirada ministra del Interior. Seis años en el cargo, que le dieron fama de trabajadora hasta la extenuación, detallista y con mucho carácter. Pero ahora algunas de aquellas flores se tornan lanzas a golpe de hemeroteca. En el Reino Unido la policía tiene prohibido sindicarse. Pero dispone de una alternativa para defender sus derechos laborales, que es la Police Federation, agrupación de mandos policiales de Inglaterra y Gales que negocia las condiciones de trabajo con el Gobierno. La ministra May acudió en los años 2014 y 2015 a la asamblea de la Police Federation.

En sus dos visitas se despachó con duros alegatos contra las quejas policiales por los recortes: «Dejen ya de gimotear y de decir que viene el lobo», les dijo hace dos años.

Antes de que la ministra subiese al estrado, los representantes policiales le recordaron las crecientes amenazas a las que se enfrentaban, terrorismo islamista incluido, y se quejaron de que sus recursos estaban cayendo. El alegato molestó a May, que les replicó que aunque llevaban años quejándose de los recortes, los datos acreditaban que la criminalidad descendía de modo constante.

Menos presupuesto

Durante la etapa de May en Interior, la plantilla policial en Inglaterra y Gales se redujo en 18.991 agentes (un 13% menos). La policía armada menguó en un 19%. El presupuesto de la policía cayó un 20% de 2010 a 2015, debido a los ajustes tras la crisis.

La seguridad es un punto débil de Corbyn, que en su día criticó que la policía francesa disparase a matar en Bataclan. Así que «el recorte de 20.000 policías por la austeridad tory» se ha convertido en su gran argumento de campaña en plena escalada terrorista. Hasta Sadiq Khan, el alcalde de Londres, un moderado que está acudiendo a Downing Street a los gabinetes de crisis, ha acusado a May de no dotar a Londres «con fondos suficientes para la seguridad».

May replica diciendo que no se trata solo del número de policías, sino de cómo se les organiza y defendió que ella los dotó de poderes contra el terrorismo, que eran rechazados una y otra vez por Corbyn. Los laboristas prometen diez mil policías más.