Pocas horas para que termine el «thriller electoral» noruego

La llave de estas elecciones está en los pequeños partidos y en los indecisos

JOSÉ-PABLO JOFRÉ

A las 21 horas de hoy cierran los colegios electorales de Noruega a los que están acudiendo 3,7 millones de ciudadanos del país escandinavo para elegir a los 169 diputados que componen el Storting, el Parlamento unicameral noruego . Dos cuartas partes de los ayuntamientos ya habían permitido ayer votar, mientras que algo más de un millón de electores lo han hecho por correo, una cifra récord. Los posibles escenarios del «thriller electoral» –en palabras del diario Aftenposten, por lo incierto de los resultados– son: repetir la actual coalición de Gobierno entre los conservadores de Høyre y los ultraderechistas euroescépticos –el Partido del Progreso (FrP, por sus siglas en noruego)– que dirige la actual primera ministra Erna Solberg (Høyre) o devolver a los laboristas del Ap al poder en coalición con Los Verdes o que estos últimos se unan a Høyre bajo el mando de Solberg.

El panorama político noruego sufrió un importante cambio como consecuencia de las elecciones legislativas de 2013: aunque los laboristas siguieron siendo los más votados –desde 1927 sin excepción– con 31% y 55 escaños en el Storting, perdieron un importante número de apoyos y sus socios en el Gobierno de coalición que dirigía el país desde 2005 obtuvieron unos resultados mediocres (6% y 10 escaños el Partido de Centro, y 4% y 7 escaños el Partido de Izquierda Socialista). Con la crisis económica y de refugiados, la caída del precio del petróleo –Noruega es el principal productor de petróleo de Europa occidental– y la matanza de Anders Breivik en julio de 2011 como telón de fondo de la recuperación económica del país, el bloque gubernamental ha remontado en los sondeos y podría ser que por primera vez los conservadores superen a los laboristas.

La oposición que dirige el multimillonario Jonas Gahr Støre (Ap) ha repuntado las últimas semanas de una campaña que comenzó con ventaja para el bloque de Gobierno a pesar que los laboristas se encuentra en caída libre en las encuestas. Que en Oslo continúe gobernando una coalición de derechas –con apoyos puntuales de los democristianos euroescéticos del KrF y los liberales de Venstre– es algo que no ha sucedido en más de tres décadas. La llave de estas elecciones está en los pequeños partidos y en los indecisos, especialmente en Los Verdes: la preocupación por el cambio climático, el medio ambiente y la detención de la explotación de petróleo podría llevar a Los Verdes a pasar de uno a siete escaños; los ecoliberales están abiertos a alianzas tanto con conservadores como laboristas, aunque nunca con el FrP.

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