Alain Juppé en uno de sus actos de campaña
Alain Juppé en uno de sus actos de campaña

El aborto enfrenta abiertamente a Fillon y Juppé

El ex primer ministro de Sarkozy afirma que es contrario, pero no modificará la ley

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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El duelo final entre François Fillon y Alain Juppé por el liderazgo de la derecha francesa enfrenta dos modelos de conservadurismo político muy distintos, potencialmente incompatibles, como teme una mayoría significativa de electores de centro y de derecha. Tras la victoria de Fillon en la primera vuelta de las primeras elecciones primarias de la historia de la derecha francesa, Alain Juppé cree poder evitar su derrota final, el domingo próximo, criticando con severidad inesperada los proyectos del candidato favorito al liderazgo conservador definitivo.

Ambos aspirantes intercambiaron ayer ataques a propósito de su visión de la familia y del aborto. Fillon es contrario a la adopción por parte de parejas homosexuales, y Juppé la apoya. Sobre todo, Fillon afirma que no puede estar a favor del aborto «desde el punto de vista filosófico y religioso» como católico.

Juppé en cambio (que se define como «católico agnóstico») es partidario del aborto, y critica a Fillon por haber rectificado en ese punto cuando en un libro afirmó que ese es «un derecho de la mujer desde su autorización en 1975». En realidad, Fillon no ha cambiado de parecer: ha dicho estar en contra del aborto, aunque también que no tocará la ley.

Activistas de izquierdas

Juppé, además, está recibiendo el apoyo de numerosos activistas de izquierdas que piden la participación del electorado socialista en la segunda vuelta de las primarias «para evitar el triunfo del programa de Fillon por ser liberal pero muy conservador».

En la primera vuelta de las primarias, el pasado domingo, el 63% de los 4,1 millones de votantes fueron simpatizantes de la derecha, un 15% eran simpatizantes de partidos de izquierda, un 8% simpatizantes de la extrema derecha, y un 14% no tenían ninguna preferencia partidista. Si los simpatizantes de partidos de izquierda se movilizasen masivamente contra Fillon en la segunda vuelta, quizá pudieran aportar un socorro significativo a Juppé. Pero tampoco es evidente que puedan evitar el fracaso final de este.

Los expresidente Valery Giscard d’Estaing y Nicolas Sarkozy fueron los primeros en apoyar la candidatura de Fillon. Tras ellos, una larga relación de exministros y líderes conservadores. En el terreno geográfico y sociológico, el voto de Juppé es minoritario y solo tiene implantación sólida en torno a Burdeos y el suroeste. Fillon, por contra, es potencialmente mayoritario en toda Francia. Y está recibiendo el apoyo directo o indirecto de los empresarios, loscatólicos y los agricultores, sectores estratégicos del electorado conservador.

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