Barack Obama (d) y Raúl Castro (i), a punto de estrechar sus manos en Panamá
Barack Obama (d) y Raúl Castro (i), a punto de estrechar sus manos en Panamá - afp

¿Por qué la disidencia desconfía del deshielo entre Estados Unidos y Cuba?

Optimistas y cautelosos a la vez sobre la nueva era que se ha abierto entre dos países hostiles durante cinco décadas, los opositores no creen en la voluntad de cambio del régimen castrista

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La mayoría de los disidentes cubanos, como sus compatriotas en la isla, recibieron con optimismo y cautela el comienzo del deshielo entre Estados Unidos y Cuba. Pero pasado el histórico encuentro entre Barack Obama y Raúl Castro en Panamá, los opositores no ocultan su prevención ante el futuro de las relaciones bilaterales y las repercusiones en el país caribeño porque el régimen castrista no ha demostrado ninguna voluntad de cambio en los 56 años que lleva en el poder. Coinciden en que La Habana ha buscado restablecer las relaciones diplomáticas con Washington, rotas en 1961, cuando las tímidas reformas lanzadas por Castro no han logrado sacar a Cuba del marasmo económico, ve inseguro al aliado venezolano y necesita capital extranjero.

«Las grandes inversiones no van a llegar a Cuba si no mejoran las relaciones con Washington, muchos países temen invertir en la isla cuando sus empresas ya están instaladas en EE.UU. y les disuade que siga en la lista de promotores del terrorismo», explica la periodista independiente cubana Miriam Leiva. La exdiplomática y una de las fundadoras de las Damas de Blanco cree que se trata solo de un «replanteamiento económico e internacional» por parte de un Gobierno que «quiere mantener su poder absoluto y no va a cambiar nada desde el punto de vista político; es el mismo régimen pero necesita aire». Leiva desconfía de que el Gobierno cubano «permita la ejecución de las medidas de Barack Obama dirigidas a mejorar la situación de los ciudadanos», que a la larga contribuirán a que «el pueblo tenga más conciencia de sus derechos y menos miedo a expresarse».

«El Gobierno cubano busca sacar lo máximo dando lo mínimo a cambio»

José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), asegura que la dictadura cubana «busca dinero e inversiones de Estados Unidos y Europa sin dar mucho a cambio». «La mayoría de los ciudadanos y los disidentes están a favor del deshielo, pero son cautelosos porque no hay buena voluntad por parte del Gobierno cubano, que busca sacar el mayor provecho dando lo mínimo a cambio», sostiene el expreso político de la Primavera Negra de 2003 desde Santiago de Cuba.

«El Gobierno cubano recurre al mismo discurso desde hace más de 50 años, basado en la idea del totalitarismo, y solo hará las reformas que le permitan conservar el poder», afirma el coordinador nacional del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Eduardo Cardet. El grupo de Oswaldo Payá también tiene «muchas reservas» sobre unas conversaciones bilaterales que se mantienen con «mucho hermetismo», por lo que ha decidido actuar con «mucha cautela». Cardet afirma que «esimposible que Cuba cambie sin hacer reformas estructurales y sin incluir a todos los estratos de la sociedad».

El director de la revista digital cubana Convivencia, Dagoberto Valdés, es también optimista sobre la nueva era que se ha abierto entre EE.UU. y Cuba, pero «con cautela y condiciones». Entre ellas, que La Habana reconozca a la sociedad civil independiente, respete los derechos humanos, ratifique los pactos de la ONU y libere a los cincuenta presos políticos.

Una de las voces de la disidencia que más desconfía del deshielo es la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, que también estuvo en Panamá en el marco de la Cumbre de las Américas. Soler señaló a ABC que «estas nuevas relaciones no van a beneficiar al pueblo sino al Gobierno cubano». «Mientras en Cuba no se respeten los derechos humanos y exista un solo partido, nada va a cambiar», subraya Soler.

Expertos en «comprar tiempo»

La mayoría de la oposición considera que el castrismo no está preparado ni para el diálogo ni para la apertura política. Así lo demostró un grupo de castristas en Panamá, durante la apertura de un foro paralelo sobre la sociedad civil, cuando boicotearon la presencia de opositores cubanos. «El Gobierno de Cuba sigue metido en el búnker y está dispuesto a meterse aún más», aseguró Elizardo Sánchez, uno de los disidentes presentes en el país centroamericano, quien declaró a Efe que esta «negativa» imagen evidencia que «van a mantener la misma crispación de siempre, que no van a dar los pasos que espera la comunidad internacional». Raúl y Fidel Castro, destacó el ex prisionero de conciencia a este diario, son expertos en «comprar tiempo».

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