Marcela Turati, durante la entrevista
Marcela Turati, durante la entrevista - INES BAUCELLS
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Marcela Turati: «Donde se instala el silencio está ganando la muerte»

La periodista y activista mexicana, de visita en España para recoger el premio Julio Anguita Parrado, habla sobre la delicada situación que atraviesa su profesión en México

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En estos días, prensa, redes sociales y líderes de opinión en México han explotado en contra del presidente Enrique Peña Nieto. La razón: el despido de la periodista Carmen Aristegui y su equipo de la emisora MVS. Se cree que el móvil es que hace unos meses realizaron la investigación que sacó a la luz la casa millonaria de la esposa de Peña Nieto.

El escándalo coincide con la visita de Marcela Turati a España. Ha venido a recoger el premio Julio Anguita Parrado que el Sindicato de Periodistas de Andalucía otorgó a la asociación Periodistas de a Pie, que agrupa a periodistas en zona de riesgo y que Turati ayudó a fundar. Antes ha recibido distinciones por su trabajo en Harvard y en Colombia.

Reporteros sin Fronteras la reconoce como una de las mejores diez periodistas en zona de riesgo del mundo.

-¿Le sorprende la represalia del Gobierno?

-Ya lo esperábamos.

-¿Por qué?

-Porque es el golpe periodístico más fuerte que ha recibido el gobierno de Peña Nieto, no se iba a quedar así. Esperábamos una represalia. Deberían de haberles premiado, no echado.

-¿Las redes sociales ayudan a difundir lo que pasa en México?

-Hay un efecto inmediato después de muchos «tuitazos», pero el que tuitea no sale a la calle. Cuando hacemos marchas en estados peligrosos nos protegemos a través de ellas. En algunos casos, arropa, en otros, está muy desgastado.

-¿Debería hablarse más de México que de «Charlie Hebdo»?

-Tan solo en el estado de Veracruz, en los últimos tres años han muerto once periodistas y cuatro más están desaparecidos.

-¿Con el PRI, la situación empeora?

-Lo que ha empeorado es que simula muy bien que todo va mejor.

-¿Cómo?

-Van a foros internacionales y dicen que todo va bien. Eso es muy peligroso, crea otra realidad.

-¿Con el PAN no ocurría eso?

-El PRI aprendió a corromper y a realizar la censura institucionalizada; sin embargo, ninguno se salva. Lo que el PRI sabe hacer mejor es silenciar y cooptar (se utiliza en México para referirse a la compra de favores).

-¿Cómo se amenaza a los periodistas en México?

-Depende la zona, hay temas que «sabes» que no puedes tocar, hay lugares en donde entras a «reportear» y luego no sabes cómo salir.

-¿Sucede solo en el norte?

-No, sucede en el conjunto del país. En el DF hay lo que llamamos «nargo abogados», que entran a las redacciones y dicen sobre qué se puede publicar y sobre qué no. Ahí también hay ataques cibernéticos y encarcelamientos de periodistas.

-¿Por qué son importantes los reconocimientos internacionales?

-Sirven para que los gobernantes se sientan vigilados. Son un aliciente y una ventana para decir lo que en México no se quiere escuchar.

-¿Un grito de ayuda?

-Si no hay periodistas en las zonas más violentas, perdemos el pulso de lo que está pasando. Hace tres años hubo una masacre de 300 personas en Allende (Coahuila), apenas nos enteramos. Ahora el gobierno dice que fueron solo 30 personas.

-Brutal.

-También nos enteramos que en Tamaulipas había un trayecto de autobuses en el que a la mitad del viaje se bajaba a todos los pasajeros, a los hombres o se les mataba o se les reclutaba, y durante semanas llegaban a su destino los autobuses vacíos, solo llegaban mujeres, niños, ancianos y las maletas que nadie reclamaba. Donde se instala el silencio está ganando la muerte.

-Si no hay periodistas, nadie habla de ello.

-Un periodista no es una baja más en la guerra. En México está en riesgo el derecho de la gente a estar informado. Deberías de poder estar informado sobre dónde hay «balaceras» para no pasar por ahí.

-¿Hay esperanza de un cambio?

-Lo que más deseo es que por lo menos no avance el silencio. No quiero que pase otra vez lo que pasó en Tamaulipas.

-¿Se ha quedado sin periodistas?

-Ahí siguen pero no pueden decir nada, que no pase eso en Veracruz, Coahuila, Nuevo León. Veo cómo la muralla del silencio va bajando y se va extendiendo.

-¿Qué hace Periodistas de a Pie para evitarlo?

-Pequeñas cosas simbólicas. Damos cursos de capacitación, de autocuidado emocional, de protocolos de seguridad… Hacemos colectas para viudas de periodistas. Escribimos un libro para denunciar lo que está pasando. Nos manifestamos junto a la gente que por miedo no puede salir a marchar. Hacemos redes para que la gente no tenga que huir y, lo más importante, que pueda seguir escribiendo.

-¿A qué se refiere?

-Hay periodistas mexicanos exiliados en Estados Unidos que están cortando el césped o vendiendo «hotdogs». Queremos que haya mecanismos para que el periodista se pueda quedar arropado, trabajando.

-¿Por qué se formó la asociación?

-Nos unimos periodistas que cubríamos el tema de la pobreza, para poder cubrir mejor la fuente. Al poco tiempo comenzaron a pedirnos ayuda periodistas que estaban en zonas peligrosas.

-¿Cómo negarse a ayudarlos?

-Fuimos mutando sin darnos cuenta. El contexto y la situación nos empujó.

-¿Cambiará esa situación?

-Me encantaría no tener que estar marchando en la calle, me gustaría tener más tiempo para reportear lo que tengo que reportear, pero todo el tiempo siguen pasando cosas, como el despido de Carmen y sus compañeros.

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