El ferry «Norman Atlantic»
El ferry «Norman Atlantic» - Marina Italiana

Por qué el «Norman Atlantic» seguía en pie tras 20 horas de fuego incontrolado

Las normas de seguridad marítima estipulan los materiales de construcción de los buques, su estructura, y los elementos de lucha contra el fuego

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Pasaron cerca de 20 horas desde que se decretó el incendio en el ferry «Norman Atlantic» en la madrugada del domingo hasta que los guardacostas aseguraron que estaba controlado. Más de 24 horas después de su comienzo, aún quedaban llamas en el interior. Y mientras, en el puente 5, los últimos pasajeros esperaban su rescate. ¿Cómo puede aguantar tanto una nave sin consumirse?

En la actualidad, los barcos están construidos en su mayor parte de material ignífugo. Es una de las normas incluidas en el SOLAS —Convenio para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar—, el tratado internacional más importante en materia de seguridad marítima. Igual que tras el hundimiento del Titanic se introdujeron cláusulas sobre los compartimentos estancos, tras la tragedia en 1965 de otro barco, el Yarmouth Castle, se introdujo la obligación de construir los buques con materiales no combustibles. Fue solo uno de muchos cambios.

El Yarmouth Castle, con 552 personas a bordo, se consumió en pocas horas tras declararse un incencio en proa. El barco estaba construido de madera. Del medio millar de personas a bordo murieron 90 y el resto se salvaron gracias a los buques que acudieron en su ayuda al ver las llamas en el horizonte. A partir de entonces se incluyeron cláusulas en el SOLAS que obligaron a los buques con más de 50 pasajeros a ser construidos en buena medida de materiales no combustibles como el acero, y así evitar la rápida propagación del fuego.

Con el paso del tiempo, los avances técnicos y la experiencia, se han introducido otros sistemas que permiten, en caso de incendio, proteger la vida de los pasajeros lo máximo posible. Cristian Gutiérrez, capitán de marina mercante y miembro de AB surveyors, explica que en el garaje de los ferrys existe un sistema para evitar que el fuego se propague rápidamente. Se trata de un sistema de extinción automática por sprinkles, denominado «drencher system», que lanza agua por aspersión. Las tuberías recorren el techo del garaje del buque de babor a estribor y es el primer mecanismo destinado a frenar el fuego.

Además, explica Gutiérrez, todos los barcos tienen marcado un cuadro orgánico en el que cada miembro de la tripulación —incluyendo el personal de fonda, como cocineros o camareros— tiene un misión asignada en caso de que ocurra una catástrofe. Mientras unos se encargan de llevar a los pasajeros a un lugar seguro —en caso de incendio, la cubierta—, otros se encargan de activar la bomba contra incendios, por ejemplo. Un protocolo para el que el SOLAS es muy estricto.

No obstante, los mecanismos destinados al control del fuego a bordo son muchos. Por ejemplo, las bombas contra incendios recogen el agua del mar y la tiran contra las llamas. Por si fallara, además, existe otra bomba que funciona con un generador de emergencia. Este, a su vez, garantiza los servicios mínimos del buque.

También hay «mamparos y puertas hechas de material no inflamable», cuenta Gutiérrez, que se cierran y hacen de barrera. De hecho, se controlan desde el puente de mandos. Su función es frenar durante un tiempo la expansión de las llamas. Por último, existe un mecanismo de cierre automático del sistema de ventilación, el «fire dampers», que impide que el oxígeno alimente el fuego desatado en el interior de un buque. De esta manera, se hace más fácil de extinguir y controlar, cuenta Gutiérrez.

Todo ello, sumado a la rápida actuación de los servicios de recate, ha evitado que el incendio del «Norman Atlantic» se convierta en una tragedia de mayores magnitudes. Ahora, eso sí, comienza una investigación. La Fiscalía de Bari (Italia) informaba este lunes de la apertura de una investigación por si se ha cometido un delito de «naufragio culposo».

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