La cruel humillación del pintor Jacques-Louis David al vencedor de Waterloo

El pintor destacó por su papel en la caída del Antiguo Régimen, enviando a Luis XVI y María Antonieta a la guillotina

Uno de sus cuadros ayudó a Robespierre a instaurar el Reinado del Terror, donde se decapitarían a miles de franceses

Auotorretrato Jacques-Louis David C.C
Eugenia Miras

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El pintor Jacques-Louis David fue uno de los grandes responsables de la Revolución francesa . Sus obras denunciaron la injusticia social y promovieron los valores de la República .

Aunque el artista era muy estimado en la corte; no dudaría en firmar para la sentencia de muerte de sus miembros, especialmente Luis XVI y María Antonieta. Jacques-Louis David los consideraba desarraigados y abusivos con el pueblo de Francia.

«Si tienen hambre que coman pasteles», había expresado la Reina María Antonieta muy burlona, y sin imaginarse que terminaría sin cabeza a causa de su insensibilidad para con su gente. Jaques-Louis David, aunque gozaba de todos los favores de los Reyes, votaría en la Asamblea Nacional a favor del guillotinamiento deambos.

El pintor era consciente que al mandar a Luis XVI y a María Antonieta -hija de la Emperatriz María Teresa I de Austria, que por el contrario, era muy entregada a las causas sociales- renunciaba a toda posibilidad de mecenazgo; así como a los numerosos privilegios que éstos le concedían. Pero toda esa ingratitud tenía una razón de ser y de fe: abrirle paso a los ideales que prometía la Revolución.

Después de su notable participación en la caída del Antiguo Régimen , su pintura seguiría militando con la causa jacobina ; Jacques-Louis David alimentaría aquel fuego contra los girondinos -los revolucionarios moderados- y todos los demás que no simpatizasen con la anhelada república.

Su obra pictórica se convertiría en una pieza clave para reforzar el poder de los siguientes gobernantes. Primero ayudaría a Maximilien Robespierre a instaurar el Reinado del Terror ; gracias al cuadro «La muerte de Marat» -donde retrataba el asesinato del líder jacobino el 13 de julio de 1793, a manos de la girondina Charlotte Cordoy - el cual se usaría como propaganda para justificar la masacre y el guillotinamiento de los enemigos del nuevo Estado.

Después de involucrar a sus pinceles en la causa jacobina; juraría lealtad a Napoleón Bonaparte , cuya obra estaría destinada a glorificar al Emperador; siendo la más vanidosa exaltación de este militar.

Sin embargo, la pintura de Jacques-Louis David se vio comprometida en alguna ocasión. Tras el destierro de Napoleón a la isla de Santa Elena, el vencedor de Waterloo, el duque de Wellington , le presentaría al artista sus respetos. Durante la reunión, el victorioso británico solicitaría de su brocha maestra para que le retratase. No obstante, Jacques-Louis David, que era muy íntegro con sus ideales e indiscutiblemente leal a Napoleón, -aún estando exiliado- se negaría de manera muy elegante a la petición de este pretencioso militar .

El célebre historiador Pancracio Celdrán recoge la conversación durante el encuentro entre el duque de Wellinton y Jacques-Louis David en su obra «Anecdotario Histórico».

«El duque de Wellington, a quien le costó convencer a Francisco de Goya para que pintase su retrato, se encontraba en París tras la caída de Napoleón y quiso ser retratado también por Jacques-Louis David, pintor de cámara del Emperador y fundador de la escuela pictórica del neoclasicismo. Llamado a su presencia, el pintor francés le dijo: «Yo solo pinto historia, Señor». Y se negó en redondo a trasladar el lienzo al vencedor de Waterloo.»

Por amor a Francia

El historiador especializado en el arte revolucionario francés, Warren Roberts, explica la persecución a la que se vio sometido Jacques-Louis David; cuando finalizó el Reinado del Terror , de Robespierre en su libro «Jacques-Louis David and Jean-Louis Prieur, revolutionary artists: The public , the populace, and images of the French Revolution».

Los ultrarrevolucionarios: Antoine Qentin Fouquier, -fiscal en el Tribunal revolucionario - Pierre Louis Prieur, Robespierre y Jacques-Louis David fueron algunos de los que en su día habían conformado la «justicia» francesa durante el Reinado del Terror. De esta manera, enviaron a miles de personas inocentes a la guillotina; sin pruebas y sin juicio donde pudieran demostrar su lealtad al Estado.

Dentro del mismo Tribunal revolucionario se generó una brecha que bifurcaría a todos los correligionarios. Por un lado estaban aquellos que aún tenían fe en Robespierre y por el otro, los que consideraban que el Reinado del Terror se les había escapado de su control. Pero de cualquier manera, la sangrienta función jacobina tenía que acabar; y eso sólo podía ocurrir erradicando a los más temerarios.

Los nuevos hombres al servicio de la justicia mandaron arrestar a algunos de los responsables, entre los que se encontraba Jacques-Louis David. Estaría preso por dos veces y con la mayor de las angustias: su cabeza estaba en peligro.

Aunque Robespierre fue una de las personas más macabras de su tiempo; el pintor creía fervientemente que era un hombre digno o así se lo hizo saber a sus hijos. Les advirtió que Maximilien sería denunciado como un ser vil y cruel, pero que no debían de escuchar tales calumnias porque la historia le haría justicia.

No obstante, cuando verdaderamente se sintió cerca de la guillotina; Jacques-Louis David se haría pasar por un burdo ignorante que creía estar defendiendo los valores de la Revolución francesa.

Warren Roberts recoge la coartada del artista frente a las acusaciones que se le atribuían: «Era un seguidor de Robespierre al igual que otros porque marchaba en la línea revolucionaria trazada por la opinión dominante del período. Pero no conocía las «vistas subrepticias» de Robespierre, pero desde entonces se le habían abierto los ojos y había cortado los lazos «con el hombre cuya compañía tenía antes de mi detención».

Jacques-Louis David alegó que votó por el guillotinamiento de muchos por el bien de Francia. Condenó al «exceso de mi amor por la patria». El artista confesó que todo había sido motivado por una falta de entendimiento pero que tenía un «corazón justo».

No obstante, el resto de sus camaradas no tuvieron tanta suerte. La inteligencia o cobardía de Jacques-Louis David consistió en simular la falta de criterio y la estupidez , para que no se le considerase un sujeto peligroso en los nuevos tiempos para Francia.

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