Once sitios en los que practicar el arte de la merienda en Cádiz

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Puede que sea la comida con menos entidad del día (al margen de la denostada media mañana, que ni nombre tiene).

Está asociada a la infancia, a la diversión, a la dulzura y la glotonería. El ritual del encuentro, el paseo, el té y su hora, el café y su ceremonia, tienen más peso que los alimentos en sí.

Muchos adultos la olvidan, la aparcan cuando tienen la desgraciada suerte de crecer. Muchos la retoman cuando el tiempo vuelve a ir despacio, en el último tercio de su vida. Puede que tenga el encanto y la trascendencia de lo inútil y lo innecesario. Puede que lo mejor de la vida carezca de un objetivo concreto, que sea poco práctico.

Por todas esas circunstancias, la merienda está relegada a una comida recreativa y prescindible. Comparte ese terreno con la cultura porque también es una de las bellas artes. Practicarla, merendar, no está al alcance de todos. Es imposible para los atareados y atribulados, para los que tienen prisa y cuentan las horas o las calorías.

A veces queda sustituida por una manzana triste, por una bebida caliente incapaz de calentar a nadie. Si quiere renunciar al vicio de ignorar la merienda, si quiere ser un virtuoso de la repostería o presumir de salero, aquí va una pequeña guía de templos, lujosos o humildes, en los que practicar con gula premeditada. Faltan lugares exquisitos y céntricos de San Fernando, Chiclana, Vejer, Puerto Real y otras ciudades de la provincia pero no cabían todos. Ni siquiera la mitad.

1. Restaurante Café Royalty. Plaza de Candelaria, Cádiz

Si pasamos de tartas, pasteles, creps o tostadas, la alternativa perfecta son los picatostes como los que sirven aquí: crujientes por fuera y esponjosos por dentro. Junto a un café o un chocolate caliente, convierten la tarde en un acontecimiento digno de compartir. Hay que sumarle la experiencia de estar en una de las cafeterías más bonitas de España, un primor de recuperación histórica. Pocos lugares mejores para honrar la merienda con los cinco sentidos.

2. Tetería Chauni. Chancillería 10, Jerez

Es un clásico de las tardes que se alargan en Jerez. Decoración de estilo árabe: los cojines en el suelo, la música y la luz tenue. Un ambiente sereno que propicia el encuentro con los amigos o la pareja. Cuenta con una amplia carta de tés, algunos de ellos de originales mezclas, también zumos, batidos o cócteles con y sin alcohol. Para glotones: sirven gofres, crepes y repostería muy recomendable.

3. Casa de las Tartas. Callejón del Águila 23. Ctra. La Barrosa. Urbanización Los Gallos. Chiclana

El nombre lo dice todo. Van de cara, no engañan. Su vitrina expositora hace el resto. Un espectáculo. Está repleta de tartas de todo tipo, de las clásicas como San Marcos, Sacher o combinaciones de chocolate hasta las más especiales como cheescake de oreo o limón. Difícil decidirse por una de ellas. Pastelitos o bizcochos están a la altura, que ya es decir.

4. La Chicha Yeyé. Cañas 1, El Puerto

Esta escala es un complemento ideal para las muy recomendables vistas (y visitas) al castillo de San Marcos. Todas sus tartas son caseras y varían dependiendo del día: zanahoria, red velvet, queso… Acompañadas de un café, té o refresco, son la excusa ideal para una tarde de charla entre los carteles y personajes de los años 60 que adornan la pared de esta cafetería. Es un lugar feliz que entra por la boca y por los ojos.

5. Le Poeme y La Belle de Cadix. Alcalá Galiano 3 y Uruguay 2. Ambas en Cádiz

Imposible elegir entre una de estas dos pastelerías francesas. Cada una con su estilo, trajeron a la ciudad la legendaria tradición repostera del país galo. Cada una tiene su estilo, una en Extramuros, a un paso de la playa. La otra en el centro, pegada al Mercado Central. La Belle sorprende por delicadeza y texturas, con sedosos bocados, cremas imposibles, en tartas o pasteles de presentación excelsa. También los hojaldres, lazos y cruasanes. Le Poeme apuesta por la tradición y el sabor, más clásica, menos artística. Memorable su pudding, su crema de avellana, la tarta de la abuela o la Selva Negra. Populosa y popular, incluso aceptan churros comprados enfrente. Por suerte, hay suficientes meriendas como para ir alternando entre das dos opciones. Imprescindibles para los amantes del dulce.

6. Palacio de los Duques de Medina Sidonia. Plaza Condes de Niebla, Sanlúcar

Lugar de visita imprescindible si se pasa por Sanlúcar y en especial para los que disfrutan en sitios llenos de historia. Impresionantes jardines, claustros y salones. Una parte del Palacio de los Duques de Medina Sidonia se convirtió en hospedería y dispone de una cafetería en un precioso patio donde es muy fácil relajarse. No importa lo que se pida para beber si va unido a uno de los bizcochos caseros que preparan. Muy buenas mermeladas, también preparadas allí.

7. Charlotte. Avda. Fdez. Ladreda con calle Sta María del Mar, Cádiz

Espléndida terraza que estaba clamorosamente desaprovechada. Ha sido reformada con mimo y reabierta con este nombre hace apenas tres meses. Para los amantes de la sobremesa, o merienda, con copa larga, zumo y bebida más que comida. En realidad, es lugar para almorzar, cenar y trasnochar. Tiene una carta corta pero atractiva (hambuguesas, carnes y pescados elegidos, tataki de atún, ensaladillas, salmorejos…) pero llama la atención por su esmero por el gintónic y, en general, por los cócteles y combinados con licores. También destacan el café y la repostería. Pero sobre todo, un ambiente delicioso, atención amable y una ubicación espléndida.

8. Cafetería Rotacapa. Calle Las Piedras 9, Grazalema

Los amantes de un buen café o de una buena merienda valorarán mucho esta recomendación por su entorno. Cualquier rato en Grazalema es siempre agradable y en este caso, además, dulce. Rotacapa es cafetería y pastelería, un lugar sencillo y tranquilo donde merendar o desayunar. Los molletes artesanos se pueden acompañar de muchos ingredientes, hasta de tortilla francesa, sin olvidar el queso de la Sierra. Tienen tartas, creps con distintas combinaciones y tortas de masa frita.

9. La Clandestina. José del Toro 23, Cádiz

Librería con cafetería o viceversa. Ambiente seductor, mesas cuidadas, espacio pequeño y de trasiego constante pese a su calma. Sirven muy bien las bebidas calientes y cuidan una pequeña oferta de cervezas de calidad, vermú casero, licores, detalles… Tartas y dulces artesanos, infrecuentes. Todo a mano, la música, el silencio… Una delicia.

10. Cafetería Roma. Calle Arcos 44, Jerez

Merendar en la cafetería Roma es tan delicioso como difícil si no se va temprano. Sus llenos son crónicos a pesar de que cuenta con salón y terraza amplios. Desde 2008 es punto de encuentro para tomar un café con alguno de sus dulces, la mayoría elaborados por ellos mismos. La gran variedad de pastelería árabe es uno de sus principales atractivos.

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