La pequeña tienda de vinos más grande de Cádiz

Hubo un tiempo en el que la capital gaditana tenía sus propias bodegas, en el que algunas calles de Extramuros olían a vino y mezclado con paso del tiempo. El consumo del vino cuya denominación quedó limitado al Marco de Jerez era más habitual entre los habitantes de Cádiz por aquel entonces. Hubo una época en la que el vino de Jerez cayó en una profunda crisis que hoy, con el auge de la gastronomía, las nuevas iniciativas de bodegas incipientes y las campañas internacionales en el seno del Consejo Regulador, parece dejarse atrás. El vino está de moda, y no sólo el vino de Jerez, también los llamados Tierra de Cádiz, donde se agrupan tintos, blancos y rosados elaborados en la provincia.

La Bodeguita es una pequeña tienda de vinos ubicada en el mercado Nuestra Señora Virgen del Rosario de Cádiz donde recorrer, de etiqueta en etiqueta, la historia reciente del vino gaditano. Detrás del mostrador repleto de botellas está José Manuel Paramio que no sólo despacha y aconseja a los clientes, sino que es el responsable de este oasis enológico.

José Manuel no se hubiera adentrado en el fascinante universo del vino si no llega a ser por la crisis. Su sector era el de los negocios de perfumería, pero al dejar de ser rentable para él, decidió dedicarse por consejo de su padre, ex trabajador de una bodega jerezana, a la venta de vinos. No es el primero que toma una decisión parecida, pero como ocurre en el mundo de los negocios, diferenciarse es la puerta del éxito. Así que decidió reinventarse y de nuevo montar un negocio propio. Se formó en vinos mediante un curso que le dio las claves que hoy le sirven para buscar la materia prima que nutre su puesto. A pesar de que según recuerda cuatro años después de abrir La Bodeguita, «adaptarse a otra forma de negocio no es fácil», sólo basta una visita al mercado para descubrir por qué es una de las mejores tiendas de vinos de la provincia de Cádiz. El 95% de sus vinos son gaditanos y unas 600 referencias  en total que reparte entre los recovecos de La Bodeguita. Desde las manzanillas más exclusivas como la de Antonio Barbadillo, las más populares como La Guita hasta los tintos Tehigo o Amorro. Muchos nombres, muchas etiquetas, y muchas historias tras ellas.

Los blancos y tintos Tierra de Cádiz han crecido en los últimos años, un 60% según los cálculos de José Manuel, que cada lunes visita las bodegas en busca de novedades y añadas recientes. Cualquier visitante del mercado del Rosario lo podrá comprobar en su tienda en el puesto número 13. En este tiempo ha visto cómo las bodegas han ido recuperando el terreno perdido, si bien piensa que deben diferenciar entre los consumidores que compran directamente en la bodega y vendedores que, como él, hacen pedidos numerosos .

Aunque en el mercado, un lugar apartado de la calle puede hacer más complicado dar a conocer su negocio, lo cierto es que poco a poco La Bodeguita se ha hecho un hueco en la lista de lugares imprescindibles para los amantes del vino: «Viene mucha gente recomendada por otras que ya nos conocen», afirma José Manuel. Las Navidades han vuelto a ser una fecha clave para la venta de vinos, especialmente para los espumosos Beta de Barbadillo y Talayón de Miguel Domecq. Ahora, adentrándonos en las fechas grandes del Carnaval, le toca el turno a las manzanillas y los finos, que cobran protagonismo en las primeras filas de la exposición de La Bodeguita.

Punto de encuentro en el mercado del Rosario

Es fácil encontrar multitud de público frente al puesto de José Manuel a partir de las 12 del mediodía. Como un rito ancestral a respetar, La Bodeguita sirve de las diez botas de vino a granel, distintas variedades como palo cortao, moscatel o amontillado. También le visitan amas de casa y cocinillas, buscando vinos de guisar, vinagre o recomendaciones de maridaje. El devenir de La Bodeguita es, al fin y al cabo el que siempre ha acompañado a las zonas de vino y que nunca debe desaparecer: vivir, beber y contar.