La Factoría, el nuevo bar de tapas del barrio de Astilleros

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El discurrir de los negocios de hostelería es a veces inesperado, y en el camino se quedan muchos bares y restaurantes que merecían la pena. Es lo que ha sucedido recientemente con De Otero, ubicado el local que ahora ocupa ha una franquicia de montaditos en el Paseo Marítimo. En el verano de 2015 abrió sus puertas, tras realizar una gran inversión en la reforma del local, decoración y multitud de detalles. En la cocina y la sala atendían profesionales formados en escuela de hostelería. Pero una apertura tardía y un mal verano sentenciaron su futuro.

Francisco Gutiérrez Otero, el empresario que comenzó esta aventura , no se da por vencido. Como es propio de una familia vinculada a la hostelería, se ha reinventado para comenzar de nuevo con La Factoría, en el barrio de Astilleros, frente a El Corte Inglés.

Allí se encontraba Dique Sí (calle Emilio Castelar), muy famoso en su momento por sus tapas de gran tamaño pero que cerró en 2014 tras caer su fama. Tras ultimar algunos detalles, el nuevo bar abrió sus puertas hace poco más de una semana.

La Factoría conserva la decoración anterior aunque se ha incorporado parte del mobiliario que había en De Otero. La imagen y el nombre actual hacen referencia a los astilleros, con una fotografía que ilustra el entorno del barrio. Francisco Gutiérrez quiere mantener por ahora el espacio de la primera planta, y poner en marcha la segunda más adelante, para cualquier tipo de celebración o reunión.

La carta mantiene mucho de lo que tenía en De Otero, ya que según Francisco, quiere «mantener la esencia» de su anterior negocio. Las caballas marinadas o las ortiguillas fritas con puré de manzana son dos de las propuestas que se han ganado una segunda oportunidad. Salvo tres platos, el resto se sirve en formato de tapa, para adaptarse a las costumbres del barrio, que cuenta con 4.500 vecinos. Al frente de la cocina se ha colocado el propio Francisco, que se formó como personal de sala en el Consorcio Escuela de Hostelería de Cádiz. Está acompañado de Eloy Rodrigo, que fue segundo de cocina de De Otero, y también a su hermano Luis Rodrigo, que viene de La Parrilla de Matilde. El planteamiento es de una oferta informa pero vigilando la calidad del producto y la atención al cliente. Esperan añadir más innovación a la carta con el tiempo, cuando se hayan ganado a sus vecinos y sean también clientes habituales del nuevo espacio. Los vinos también centran la atención de  La Factoría, ya que cuentan con una cuidada selección y varias referencias difíciles de encontrar en Cádiz o poco conocidas, que además, sirven por copas.

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