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CasinoVélez gana en el Casino con una apuesta diferente

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He de reconocer que tenía poca esperanza de encontrar algo diferente en un nuevo satélite del Grupo Vélez, propietario de El Balandro y su barra siempre atestada de clientes, un lugar que ya pertenece a ‘los otros’ porque nunca jamás intentarás encontrar un hueco en la barra. La experiencia en sitios como Avenida 28 también en Cádiz o El Real de Vélez en San Fernando –por enumerar solo dos- todas con una carta casi idéntica y una cocina centralizada son buenas para un tapeo ocasional. Pero para los que nos hemos ‘ganado’ a pulso de horas de barra y mesa la etiqueta de críticos gastronómicos, una carta larga y recurrente, nos sabe a poco o a lo mismo, más bien.

Con este pensamiento me enfrentaba a mi primera visita al Bar Casino, un pequeño local ubicado en la plaza San Antonio, dentro del propio Casino Gaditano que le da nombre, abierto desde enero.

Algún que otro amigo que me había dicho eso de «Está muy bien», a lo que yo contestaba con la boca torcida pero sin poder ni querer juzgar antes de probar. Como cualquier excusa para ir a tapear es buena en el caso de quien suscribe, allí me dirigí en compañía de una amiga, en una de las varias visitas que posteriormente hice al establecimiento. Fue en pleno verano, cuando los turistas llenan la zona y los restaurantes mejores valorados en internet, aunque tuvimos la suerte de ocupar una de las mesas que colocan en la terraza, justo a la entrada. El sitio y el personal ya sumaban puntos a favor: los camareros son amables, profesionales, diligentes y atentos. El primer vistazo a la carta recuerda al sistema de los Vélez, pero los platos son diferentes. Lo que destaca en principio son las referencias a productos gaditanos, el famoso queso payoyo, los chicharrones y una muy agradable sorpresa, los vinos, una carta corta pero cien por cien de jereces y Tierra de Cádiz. Los nombres de los platos entran por los ojos y las expectativas se cumplen cuando los sirven en la mesa por su presentación y el testimonio que dejan al probarlos. Recuerdo un bacalao con gratinado, que sin tener pretensiones de estrella Michelin, estaba bastante bueno. Al mismo nivel, estuvieron unas tiras de pollo al curry rojo que probé en otra ocasión y una original versión del tataki que mezcla el alga nori a modo de sushi y la tempura. Tampoco olvido unas croquetas de caña de lomo que sabían a caña de lomo, en una época donde encontrar que algo sepa a lo que su nombre indica es un desafío. Además de este tipo de platos de fusión, tienen guisos, huevos, chacinas y un par de platos para niños.

Los que conozcan el Grupo Vélez saben que los desayunos son otras de sus especialidades, con variedad de aderezos para el pan y una mantequilla de lata que hace que madrugar y dar un paseo hasta el centro con ese único propósito, merezca la pena. Todo eso sin mencionar que tenemos la oportunidad de contemplar el precioso patio neomudéjar del Casino Gaditano con solo cruzar una puerta. La agradable decoración del local es un contrapunto muy divertido al entorno y complementa a todo lo que se espera de un restaurante donde disfrutar de la comida y la compañía como es el Bar Casino.

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