ISABEL PERMUY

«Todos deberíamos practicar yoga, a cualquier edad»

Entrevista con la modelo Vanesa Lorenzo, autora de «Yoga, un estilo de vida»

MADRID Actualizado: Guardar
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Vanesa Lorenzo está más radiante que nunca. A su exitosa carrera como modelo y diseñadora y a su reciente maternidad acaba de sumar la publicación del libro «Yoga, un estilo de vida», un proyecto que nace de la necesidad de compartir su relación con esta práctica y su filosofía de búsqueda del bienestar completo. Porque para la también mujer del ex futbolista Carles Puyol, el yoga «es mucho más que un ejercicio físico o unas técnicas de relajación: es un estilo de vida».

«Me hacía ilusión motivar a mis seguidoras, que tanto interés mostraban en las redes sociales, a la hora de introducir buenos hábitos para conectarse con su cuerpo», explica. De hecho, prosigue, «hice el libro que me hubiera gustado encontrar a mi cuando empecé y que no encontré.

Todo me parecía entonces inalcanzable, ¡y mira!», sonríe, mostrando orgullosa la portada de su obra.

Cuando ella empezó, hace 20 años, lo hizo motivada por la parte física, sin entender la verdadera profundidad de la práctica, reconoce. «Ahora sé bien que el yoga no es una carrera de 100 metros lisos, es una maratón. Cada día aprendo algo más de la unión de cuerpo y mente. Por eso siento el deber de contar todo el bien que me ha hecho. Creo firmemente que cuidar nuestro cuerpo es una responsabilidad vital, solo tenemos uno. Escucharlo y aceptarlo no solo guarda beneficios para tí, también tiene un efecto positivo en tu relación con todo lo demás», advierte.

En esta línea de aproximar esta técnica milenaria, el libro de Vanesa Lorenzo va desgranando página a página y a través de maravillosas fotografías las distintas asanas (posturas) existentes (estáticas, dinámicas con torsiones, invertidas...). «La idea es empezar por las más básicas de manera que, en una puesta en práctica continuada, el lector pueda llegar a las más complejas al final». «Todo el mundo debería practicar yoga, a cualquier edad. El yoga es muy amable, y no entiende ni de edades ni de tamaños. Y bastaría con que fueran 20 o 10 minutos al día», asegura. «Tampoco es tanto. Es que no nos damos ni 15 minutos para respirar al día, es terrible».

«Yo animo a todo el mundo a probarlo. No hace falta estar a 30 grados en la India... Se trata de hacer un acercamiento real desde nuestra cultura, y para eso apenas se necesita una esterilla. Pero es una forma de decir: "voy a darme un respiro, intentar calmar la mente, para luego tenerla mucho más lúcida". La herramienta de la respiración es poderosísima, y es para ti. Si lo intentas, eso que te llevas», anima una y otra vez Lorenzo. Su truco para conseguirlo es llevar la práctica del yoga a un momento normal: «paro y siento donde estoy sentada, y después, medito un momento. Cambiemos nuestra actitud».

Alimentación

Como todo estilo de vida saludable no se puede entender sin una buena alimentación, Vanesa Lorenzo intercala las asanas con consejos nutricionales. «No creo en las dietas, pero sí en entender cómo afecta al organismo lo que comemos », afirma. De hecho, prosigue, «la calidad de la comida está directamente relacionada con sus efectos: si comemos mal, nos sentiremos mal. Nuestro cuerpo necesita nutrientes y si no los obtiene de la comida, los órganos se quedan desprotegidos y envejecen prematuramente. ¡Somos lo que comemos!», recuerda.

Lorenzo nos invita a lo largo de su obra a practicar la alimentación consciente o «mindfull eating», «que consiste en conectar con nuestros sentidos, escuchar a nuestro cuerpo y aprender a interpretar las señales que nos manda en relación a cómo nos alimentamos». «Es decir, voy a dejar un momento el móvil de lado, y voy a poner todos mis sentidos en el olfato, en el sabor, en la textura de la comida...», propone. En su opinión, «comemos con prisa, con ansiedad, en el trabajo encima de la mesa... y no sabes ni cuando has empezado a comer. Es recuperar nuestros instintos...».

Vanesa no cree en dietas. «El problema está en que la sociedad nos empuja a unos niveles altísimos de toxicidad. En cuanto a polución, estrés, azúcar... No es cuestión de ir a blancos y negros. Si me apetece un croissant me lo compro. Es más un tema de saber cómo funciona y cómo nos afecta la alimentación y de llegar a dar la mejor versión de ti mismo».

¿Y en casa del herrero? «En mi casa se come todo integral. El arroz, la espelta, la cebada, trigo sarraceno... La naturaleza no lo ha transformado en blanco, es solo sentido común. Y la fruta es de temporada. Hay muchos frutos secos, grasas buenas, aceite de coco...», enumera. «Introducir estos buenos hábitos es como todo, tiene que ser igual que lavarse la cara por las mañanas. Gracias al yoga me he dado cuenta de que el cuerpo avanza más rápido que la cabeza. Pero nunca es tarde para decir ¡yo puedo!».

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