Abuela y nieta, durante un curso de cocina familiar en Punto Cook
Abuela y nieta, durante un curso de cocina familiar en Punto Cook

La escuela Punto Cook, una de las apuestas más atractivas del panorama culinario

Ofrecen cursos de cocina familiares, extraescolares infantiles, monográficos, de empresa…

MADRID Actualizado: Guardar
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La escuela de cocina Punto Cook está llamada a convertirse en una de las apuestas más atractivas del panorama culinario. Detrás del proyecto está Esther, la hermana del desaparecido chef Darío Barrio, quien se forjó en el mundo de la cocina gracias a él. «Vengo del mundo de las Ciencias Puras pero un día a la semana iba a su restaurante madrileño Dassa Bassa. Junto a él aprendí que, gracias a los fogones, se podían transmitir muchas cosas».

De eso hace ya dos largos años. Entonces Esther hizo acopio de fuerzas de donde no las había para tomar el testigo con más fuerza que nunca y dedicarse en cuerpo y alma a la escuela, tal y como ella lo había soñado: «Un lugar donde aprender todo eso que antiguamente aprendíamos con nuestros abuelos junto a pucheros y que sin darnos cuenta casi ha desaparecido: cómo se hace una mayonesa casera, oler y probar alimentos, cómo mezclar ingredientes… Aunque en el fondo es mucho más que aprender trucos de cocina. Aquí hablamos de orden, de higiene, de responsabilidad...».

Porque Punto Cook tiene un fin y no es precisamente el de enseñar recetas, que por supuesto, también. «Tratamos de usar la cocina para trabajar muchos otros aspectos. Para mi lo más importante es demostrar a todos los que vengan que pueden lograr esto y todo lo que se propongan». Niños y mayores. Porque a partir de 5 años en Punto Cook hay clases para todas las edades.

De hecho, una de las propuestas más innovadoras de Esther son las clases extraescolares semanales infantiles, donde los pequeños no sólo cocinan dietas sanas y equilibradas, sino que también aprenden valores y hacen equipo. «Con ellos somos capaces de trabajar todas las competencias que están usando en clase, bien sean de Matemáticas, o de Lengua. Con un poquito de creatividad, todo es posible», asegura.«La metodología es práctica porque en Punto Cook pensamos que la forma de aprender es haciéndolo uno mismo. Y aquí los niños cocinan mientras aprenden, y al revés. Sienten que pueden y lo hacen», insiste Barrio.

Imagen de un taller dirigido a niños en Punto Cook
Imagen de un taller dirigido a niños en Punto Cook

Otra buena opción es acudir a los talleres familiares que se ofrecen los sábados. «Esta propuesta va dirigida a niños y a padres. Cocinar es una actividad donde involucrarse y enriquecerse juntos fuera de su entorno. Porque la cocina es un lugar donde todos tenemos algo que aprender y algo que aportar sin tener en cuenta la edad», señala. «Es una herramienta muy potente», insiste. Tanto, que Esther Barrio tiene la mirada puesta en dar cursos a niños con síndrome de Down y ciegos. «Estoy convencida de que lo acabaremos haciendo», augura.

La oferta de Punto Cook no termina ahí. Para los adultos tiene cursos permanentes y monográficos. «El que llega disfruta, cocina y aprende sin necesidad de estar consultando la receta constantemente. No vendemos clases magistrales. Todo es práctico y divertido en un entorno acogedor que te hace sentir como en casa».

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