Mónica Pont: «De mi desgracia he querido hacer algo positivo»

Con su novela «No estás sola», la actriz y presentadora da pautas sobre lo que no se debe hacer en un divorcio, se sufre maltrato o se pierde la custodia de un hijo

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Durante su difícil y doloroso proceso de divorcio y de intensa lucha durante diez años por conseguir la custodia de su hijo Javier, Mónica Pont no dejó de tener a su lado personas que le daban aliento y le decían «no estás sola».

Tras estos diez años, y a pesar de no haber logrado la custodia de su hijo, al que ve dos fines de semana al mes y la mitad de las vacaciones, la actriz y presentadora considera que se siente fuerte de ánimo y que ahora ve todo lo pasado desde otro punto de vista.

Precisamente este cambio de actitud le ha llevado a escribir «No estás sola», un libro «lleno de esperanza para todas aquellas personas que han sufrido y sufren separaciones, divorcios y luchan por sus hijos y, también para aquellos que se estén planteando hacerlo, para que sepan a lo que se pueden enfrentar si no buscan soluciones previas».

Explica que «de mi desgracia he querido hacer algo positivo» y a través Carolina, la protagonista de la historia, «intento que el lector se dé cuenta de lo doloroso que es una separación tan traumática para todos, sobre todo cuando hay hijos de por medio».

Confiesa que tardó tanto tiempo en empezar a escribir porque necesitaba sentirse fuerte. «Siento que ya he pasado página a mi dolor por el procedimiento judicial. No quería escribir una novela desde el odio, la venganza, el rencor, la ira... que son los sentimientos que afloran cuando te quitan a tu hijo. Mi objetivo, más bien, es plasmar una realidad que viven muchas personas para que puedan sentirse identificadas y ayudarles, así, a comprender que no deben cometer los mismos errores que Carolina».

Abrumada por tantas cartas

Mónica Pont aún está abrumada por la cantidad de cartas que ha recibido de personas agradeciéndole que trate este asunto en su novela y que le cuentan sus propias vivencias pidiéndole, incluso, consejo. «No doy abasto con tantas cartas. Eso es señal de que es un tema, por desgracia, de actualidad y que sufren muchas personas en sus separaciones, divorcios, por perder la custodia de sus hijos, por ser maltratadas...».

El maltrato es un tema muy serio y que afecta a más personas de las que en un principio pueda parecer. Mónica Pont recuerda que cuando su madre, que confiesa que fue maltratada, acudía hace años a una comisaría con el ojo morado, la Polícia le recomendaba que se fuera a su casa e hiciera la cena a su marido para no tener más problemas. Asegura que, afortunadamente, se están haciendo muchas campañas de sensibilización y se está avanzando en este sentido para concienciar a las víctimas que hay que denunciarlo y que nadie debe soportar una situación de maltrato.

No obstante, le preocupa que el cerco al maltrato físico pueda estar derivando en un mayor maltrato psicológico, más difícil de detectar. «Una bofetada, con todo lo que ello supone, puede doler en el momento y durante todo el día siguiente. El maltrato psicológico a través de comentarios, vejaciones o la propia ignorancia y silencios va minando poco a poco a la víctima y tiene unos efectos muy negativos sobre su autoestima y valoración como persona que perduran por mucho tiempo».

Según apunta, «es muy difícil definir qué es maltrato psicológico y aún hay muchas personas que no se atreven a denunciarlo. A ello se suma que, en algunos casos, hay personas que utilizan un supuesto maltrato con el fin de lograr la custodia de los hijos. Los jueces lo tienen muy difícil para detectar qué parte de la pareja miente porque, por lo general, el maltratador sabe fingir muy bien y dar otra imagen de sí mismo bien diferente».

La actriz asegura que su novela, que en un principio estaba proyectada a ser un libro de autoayuda, pretende que los lectores que pasen por la misma situación que la protagonista saquen las siguientes conclusiones:

—Que nadie debe permitir ser maltratado física ni psicológicamente.

—Que no dejen de denunciar y llegar hasta el final, sin retirar denuncias por miedo.

—Que es necesario rodearse de buenos jueces y asesores legales.

—Que hay que ser fuertes y tener mucho valor.

—La necesidad de buscar apoyo psicológico para no derrumbarse durante un proceso tan difícil.

—Que las personas que estén en esta tesitura escriban lo que sientan, aunque no se lo vaya a publicar o a leer nadie. «La escritura ayuda a liberar muchos sentimiento. Yo misma lloré mucho mientras lo escribí y necesitaba parar, salir con mi perrito a la calle para que me diera el aire. Pero después me sentía liberada en mi interior».

—Y, sobre todo, que quien vaya a meterse en procesos judiciales, lo piense mucho con antelación y sea consciente de todo lo que le espera por pasar y que será un juez, y no ellos, quien decidirá el futuro de su relación con su hijo.

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