Educación

«Tres de cada cuatro escolares terminan segundo de Bachillerato sin saber qué carrera escoger»

Heidi Buffington, directora de Admisiones de Saint Louis University, explica qué factores se deben tener en cuenta para emprender una carrera universitaria

S.F.

Para Heidi Buffington , directora de Admisiones de Saint Louis University–Madrid Campus, la elección del mejor centro universitario en el que continuar con la formación académica es la primera gran decisión a la que se enfrentan los jóvenes. Una vez terminada la etapa obligatoria y el Bachillerato, escoger una universidad no es una tarea fácil ni rápida.

En su opinión, la decisión del centro en el que estudiar comienza por determinar qué es lo que el alumno quiere hacer. Tres de cada cuatro escolares terminan segundo de Bachillerato sin ni siquiera saber qué carrera escoger y esto genera mucha incertidumbre.

«Estos estudiantes que tienen incertidumbre pueden beneficiarse del sistema americano, puesto que les ofrece a la posibilidad de comenzar sus estudios sin tener que elegir una carrera determinada. No hablamos de “ciencias o letras” de forma exclusiva —apunta Heidi Buffington—. En función de sus áreas de interés, el alumno puede ir configurando su programa de estudios igual que en los centros americanos, con muchas opciones abiertas y combinables. Esta modalidad de elección más abierta reduce el riesgo de fracaso por equivocación. Al elegir sus propias asignaturas, la posibilidad de cambiar de carrera no supone un problema para el alumno, ya que muchas son comunes».

Añade que el sistema americano ofrece una serie de ventajas que ayudan a los alumnos a elegir su camino y a crecer como profesionales y personas: tiempo para enfocar su especial ización, la posibilidad de viajar entre distintos campus, clases prácticas sin poner el foco en memorizar sino en razonar, multiculturalidad en las aulas, fomento del emprendimiento y educación en valores.

La base y la filosofía del sistema universitario americano residen —en su opinión— en la creencia de que la práctica es la base para aprender. « La técnica de memorizar no es la más conveniente para esta etapa académi ca porque lo que más importa es que el estudiante comprenda lo que se le está explicando en clase y pueda utilizarlo en el futuro. Para ello, es muy importante fomentar y desarrollar el pensamiento crítico del alumno, haciéndole capaz de extrapolar los conocimientos aprendidos en el aula a otras dimensiones de su día a día».

Explica que una de las grandes preocupaciones de los preuniversitarios son los idiomas, tanto en la forma de impartirlos como en la hora de practicarlo. «La importancia del inglés en el mercado laboral es una realidad cada día más presente en nuestro día a día debido al mundo interconectado y globalizado en el que vivos. Para ello, los jóvenes necesitan las herramientas con las que enfrentarse al nuevo mundo para el que se están preparando, como dar el 100% de las asignaturas en inglés y así conseguir una mayor profundización en este idioma. La experiencia en una universidad en un campus multicultural con compañeros de diferentes nacionalidades les permite conseguir una competencia en el idioma y utilizarlo en situaciones cotidianas, lo que se deriva en un conocimiento más profundo», concluye.

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