EDUCACIÓN

«En el tratamiento del TDAH se tiene que formar un triángulo perfecto entre el colegio, la familia y los psicólogos»

El director del colegio Nuevo Velázquez explica cómo se trabaja en su centro con los niños que tienen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

El colegio Nuevo Velázquez que dirige González está especializado en alumnos con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) ISABEL PERMUY
Carlota Fominaya

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En el madrileño colegio Nuevo Velázquez que dirige Carlos González, los perfiles de niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad no son nuevos. «En realidad, nosotros hemos ido al revés, de la práctica a la teoría. De hecho, ya con estos alumnos antes de que surgiera el boom de estas dificultades de aprendizaje ( TDAH , dislexia y otros problemas de aprendizaje…). La formación digamos que la hemos adquirido después, nos ha ido surgiendo con la experiencia y la práctica», relata este docente.

Pero a nivel legal, es verdad que empiezan a aparecer una serie de pautas o directrices para los colegios. En la realidad, ¿se aplican?

En mi opinión, las pautas que establece la Administración son muy rígidas. Dentro de un TDAH los perfiles son súper variados. Es decir, puede haber chavales con el mismo diagnóstico cuyos síntomas no tienen nada que ver. Y sin embargo, lo que establece la ley para ellos son aspectos o medidas un poco rígidas. Están bien como principio, pero sin alguien que lo aplique, que tenga una sensibilidad especial, cierto conocimiento, es difícil. Se necesitan profesores formados… y esto no es una crítica a otros colegios. Aquí tenemos la ventaja de tener pocos alumnos por clase. Así es mucho más fácil. Tenemos el compromiso con los padres de formar aulas con un máximo de 12 o 15 alumnos para generar grupo. Este ratio nos permite además centrarnos al máximo en todo lo que tiene que ver con el desarrollo integral del adolescente, no solo en la parte estríctamente académica, sino también en su desarrollo personal, en su proceso de madurez y en una buena integración con sus compañeros.

Ustedes llevan aplicando medidas de adaptación curricular un tiempo. ¿En qué aspectos se apoyan?

Nos apoyamos en varios pilares. El primero de ellos es el trabajo con la autoestima y la motivación, que son dos de los principales puntos débiles de los alumnos con TDAH. El segundo pilar fundamental —que para mí es, quizás, en lo estrictamente académico lo más importante—, el aprovechamiento máximo del tiempo que pasan en el colegio. Creo que el problema fundamental de estos alumnos con problemas de atención es el tiempo que pasan en blanco. Si en 6,7, 8 horas que pasan en el colegio no aprovechan lo que escuchan, y a esto le sumamos los deberes que les mandan para casa, tenemos una tarde llena de tareas, más lo que deberían haber hecho en el colegio. Pero ojo, es importante que estos alumnos reelaboren en casa los contenidos trabajados en clase pero que tengan también tiempo libre y descanso en el hogar.

¿Cómo logran ese aprovechamiento máximo del tiempo escolar?

En parte, con pocos alumnos por clase. En cuanto a la metodología, nos escapamos de la clase magistral. Después, hacemos llamadas de atención constante, para meterles de nuevo en la asignatura. Además, insistimos mucho en todo lo relacionado con las técnicas de estudio. Les orientamos desde el colegio a la hora de realizar el trabajo en casa. Quizás esto con el alumno pequeño no, pero según estos chicos van creciendo hay que orientarles en el trabajo fuera del colegio. En ese sentido analizamos muy bien las características del alumno, y en función de esto, vemos que tipo de estudio le vendría bien para trabajar y llegar al objetivo.

¿Qué papel tienen las familias en este tipo de educación?

Deben estar muy presentes. El TDAH es una dificultad que aparece en muchos ámbitos, en el académico, en el familiar, social… En nuestro centro la comunicación con las familias es vital. Les damos una importancia brutal. Hacemos un seguimiento exhaustivo al alumno, y vamos pidiéndoles información de cómo lo ven en casa. Se tiene que formar una especie de triángulo entre el colegio, la familia, los psicólogos y profesionales que trabajan con ellos (neurólogo, por ej.). Pero con el TDAH es difícil crear unas normas que valgan para todos. Desde el colegio trabajamos de cara a los síntomas. Muchos alumnos vienen con diagnóstico, pero otros no, y vemos que se distraen mucho en clase. En cualquier caso vamos a hacer un seguimiento para ver qué podemos hacer para que no se distraiga en el aula.

¿Cuáles son, según usted, las claves para que estos chicos avancen en los estudios?

Hay dos cosas complementarias y para mi, fundamentales: conjugar bien el refuerzo positivo y el establecimiento de límites. Con el refuerzo positivo la idea es poner el foco en aquellos aspectos que el alumno hace mejor, en lugar de en aquellos en los que el alumno falla o presenta mayores dificultades. Es fundamental que él o ella se den cuenta de que puede, de que es capaz de hacer las cosas. En cuanto a los límites, especialmente para chavales con TDAH es esencial establecer unas normas muy claras. Es decir, con ellos a veces es mejor marcarles pocas normas pero muy claras, y que estas se cumplan.

¿Qué es lo más contraproducente que se puede hacer a la hora de trabajar con un niño TDAH?

Lo peor que se puede hacer con un niño de estas características es ponerle un día una norma y otro día otra. Hay que jugar con los límites muy claros y muy marcados, y llevar a cabo mucho refuerzo positivo. Marcar o premiar mucho el esfuerzo o las cosas que el chaval hace bien.

¿Cuando suele ser más patente el TDAH en el ámbito escolar?

En Primaria se puede atisbar, pero si acaso repiten 6º curso, que es el último. Es raro que antes repitan, suelen ir pasando. El TDAH sobre todo se manifiesta en Secundaria. En esta etapa se manifiestan las dificultades de estos chicos en todo su esplendor. En realidad, el trabajo con estos chicos, cuanto antes se empiece mucho mejor. Pero no se puede obviar la parte de casa, y de las relaciones que los padres mantienen con el chaval. Al final el objetivo sea que este vaya aprobando, y nosotros notamos mucho la diferencia entre los alumnos que están muy trabajados en casa, que tiene unos progenitores muy pendientes, que el hacen seguimiento, y la diferencia de estos con los alumnos cuyos padres no están al tanto.

¿Cómo enfocan dentro del aula la hiperactividad cuando esta acompaña al diagnóstico?

Los rasgos hiperactivos con la adolescencia tienden a reducirse. Pero también es verdad que muchos de los alumnos que tenemos son solo TDA del tipo inatento. Y los que tienen hiperactividad hemos detectado que esta se empieza a reducir en primero, segundo y tercero de la ESO. En cualquier caso, somos sensibles a los chavales que tienen necesidad de levantarse, de salir de la clase, de moverse, en definitiva.

¿Cree usted que hay un cierto sobrediagnóstico de TDAH?

Puede ser que en función del momento haya infradiagnóstico, hiperdiagnóstico e incluso epidema . En nuestro centro esto no lo tenemos en cuenta, y nos da igual que el chico tenga diagnóstico o no, porque trabajamos de cara a síntomas. Vemos que tiene este rasgo y este otro y a partir de ahí nos ponemos a trabajar. No soy médico, y no puedo decir si existe, o si no. Lo que es seguro es que en la comunidad educativa hay una serie de alumnos con unos rasgos y unas necesidades determinadas. Esto seguro que sí.

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