Cómo educar desde la infancia en la tolerancia

La familia debe dar ejemplo con gestos tan sencillos como ceder el paso, ayudar, compartir, defender a quien no puede hacerlo o aceptar que alguien se equivoque sin reírse de él

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

No es una novedad que vivimos en una sociedad donde la agresividad está presente en las noticias diarias. Pero ¿qué podemos considerar violencia? ¿somos una sociedad violenta? ¿dónde la aprendemos? Hoy día parece que ya se asume que la violencia puede ser verbal y física, que la primera tiene las mismas consecuencias dramáticas que la segunda y que debe ser atajada de inmediato. Identificarla para eliminarla desde la infancia traería mucha menos agresividad en la vida de los adultos.

Pero, ¿cómo enseñar a los jóvenes a respetar a quienes no tienen su misma fe, su misma raza, costumbres o incluso rasgos físicos similares? ¿cómo enseñarlas que la libertad de expresión es algo que nunca debe herir los sentimientos del otro? ¿qué fina línea separa la diferencia entre libertad de lo que uno dice o acoso hacia la forma de pensar o ser del otro? Pero sobre todo, ¿eso dónde se aprende? Como casi todo, en la infancia y en el ámbito que la rodea: familia y colegio.

Isabel Carrasco, psicóloga infantil de Cinteco, cree que «la respuesta no es sencilla porque hay muchas causas que pueden estar explicando este grave problema, sin embargo, lo que está claro es que si queremos prevenirlo hay que trabajar tanto en el ámbito escolar como en el familiar».

Desde el entorno escolar

En muchas ocasiones los padres justifican que sus hijos se insulten con la frase «son cosas de niños». Sin embargo, «no son cosas de niños» y es que los niños tienen que aprender a respetar a sus iguales aunque sean diferentes a ellos, ya sea por ser de otra raza, por tener otra religión, por mostrar gustos diferentes o ser más frikis que ellos», explica. Burlarse de la fe de otro o de su color de piel es algo que no debe consentirse en una sociedad sana. «Por ello en el ámbito escolar hay que volver a potenciar valores como la empatía, la tolerancia, la generosidad, la ayuda y sobre todo el respeto por lo diferente. Hay que enseñar a través de dinámicas de grupos, charlas, salidas, actividades… lo necesario que es potenciar y reforzar que haya personas diferentes a nosotros y lo enriquecedor que es para nuestra la sociedad.

Las actividades en el centro escolar deberían ir encaminadas a :

1. Tratar la diversidad con naturalidad. Los alumnos preguntan y hace comentarios ante aquello que le llama la atención, y es probable que reaccionen de formas diferentes ante una persona distinta a la que percibe como extraña. Es importante explicar que hay personas que pueden parecer distintas por su color, religión,… pero sienten, disfrutan y sufren como cualquiera. A veces las actitudes negativas son fruto de la falta de información o el miedo ante lo desconocido.

2. Ayudar al alumno a que se ponga en el lugar del otro. La empatía es uno de los valores más importantes en la educación del niño y una de las herramientas más poderosas para enfrentarse a los desafíos de la vida. Animar siempre al alumno a tratar de entender a quien tiene dificultades o se siente solo, para que se solidarice con él. Para ello, hay que incidir más en lo que les une que en sus diferencias.

3. Enseñar en la tolerancia. Tolerancia hacia los demás y hacia su forma de pensar, pero nunca hacia el desprecio. Explicar que la violencia, el insulto, la burla o el sufrimiento nunca deben ser tolerados y animarle a que se posicione de parte del débil.

Más de una vez hemos visto cómo padres animan a sus hijos en los partidos de fútbol insultando a sus contrincantes lo cual es la primera base para conseguir tener hijos agresivos en un futuro. Pero hay muchos más ejemplos. Hacer comentarios despectivos sobre otras razas, personas que profesan otras religiones, etc... es una de las mejores maneras de conseguir adultos en un futuro intolerantes y que desplieguen su intolerancia mediante la agresión verbal (burlas, ofensas, ironías) o física.

Qué hacer desde la familia

La familia debe ofrecer un modelo adecuado. Los niños reciben información y normas a todas horas, pero hay algo en lo que siempre se fijan: en lo que hacen los padres. Por eso es fundamental que ellos den ejemplo con tus actitudes y con la manera de relacionarse con las personas ante sus hijos. Bastará con gestos tan sencillos como ceder el paso, ayudar, compartir, defender a quien no puede hacerlo o aceptar que alguien se equivoque sin reírse de él.

Cuiden cómo utilizan los términos. Deben explicar las cosas con sencillez y cariño, llamando a las cosas por su nombre con claridad, porque eso es lo que los niños necesitan. Pero tienen que tener cuidado con los términos que se eligen y evitar palabras que puedan resultar despectivas o incorrectas.

Enseñar la diferencia entre apoyo y compasión. Es necesario inculcar la importancia de ayudar y apoyar a quien lo necesita, pero hazle ver que esa persona no es inferior ni debe subestimarla, solo tiene unas necesidades diferentes a las suyas.

Ver los comentarios