Los regalos a los profesores a fin de curso están a la orden del día
Los regalos a los profesores a fin de curso están a la orden del día
PADRES E HIJOS

La moda de regalar a los profesores a fin de curso, ¿a favor o en contra?

¿Es lícito y apropiado? ¿Deben los docentes aceptarlos? Estas son las dos posturas al respecto

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Llega fin de curso y con ello, los regalos a los profesores que han estado dando clase y evaluando a los niños durante todo el curso. ¿Es lícito y apropiado? ¿Deben los docentes aceptarlos? Estas son las dos posturas al respecto:

EN CONTRA

Jesús Salido Navarro, presidente de la Asociación de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA)

El reconocimiento en el trabajo es un factor importante que refuerza de forma positiva a las personas, las estimula, y les sirve de guía para saber que están en la línea adecuada. Este reconocimiento debería venir por parte de los superiores y por parte de los beneficiarios, para conocer la visión de ambos lados, y poder analizar qué estamos haciendo bien y qué debemos mejorar.

En lo que respecta al ámbito educativo

, nos encontramos con la llegada del final del curso escolar, y nuevamente nos encontramos con la propuesta de participar de forma más o menos voluntaria en la compra de un regalo, detalle para el tutor, la maestra, de nuestros hijos.

Esta situación que se repite año tras año, tiene su punto álgido en la etapa de Educación Infantil, disminuye en Primaria, y prácticamente desaparece en Secundaria, aflorando cada año más detractores de esta práctica que exponen públicamente su decisión de no participar en la compra de un reconocimiento, regalo, detalle, lo que no supone que no encuentra satisfecho con el trabajo del docente.

La costumbre de hacer un regalo de fin de curso o incluso en navidades, parte de una tradición arraigada sobre todo en el medio rural, cuando aquéllos maestros de pueblo ejercían su profesión más allá del aula «maestros vocacionales». Maestros y maestras que vivían en el pueblo, tenían un sueldo bajo (pasas más hambre que un maestro de escuela se decía hasta no hace tanto) un sueldo tan bajo, que apenas les daba para vivir, por lo que completaban sus ingresos con clases de repaso, y subsistían con los obsequios que recibían del vecindario.

En la actualidad la práctica es distinta, la propuesta de hacer un regalo, parte de unas pocas personas, con frecuencia de la persona delegada de clase que traslada la idea al grupo y aceptan en la mayoría de las ocasiones por no desmarcarse de un acto social que tiene un coste aceptable y que puede interpretarse como una posición en contra del profe, ya que se suele incluir una tarjeta en la que estampar la firma y a veces una dedicatoria.

Si partimos de la base de que cada trabajador, recibe su salario por realizar su trabajo, y si además pertenece al ámbito público, hay un argumento perfecto para mantenerse firme en el posicionamiento de que no procede hacer regalo alguno, careciendo de sentido que se haga de forma conjunta, y por parte de las familias.

Distinto es que el alumnado que convive día a día, y establece una relación más o menos estrecha, decida hacer un reconocimiento sin coste económico, que reflejen el sentir de la clase sin entrar en posiciones personales públicas, sino de grupo.

Si queremos exponer públicamente nuestro agradecimiento y reconocimiento por la labor del centro educativo, no debemos olvidar que esa labor educativa, no es exclusiva del profesorado. La Comunidad Educativa está formada también por esas personas que hacen labores de administración, conserjería, limpieza, mantenimiento... personas que consiguen que todo funcione de la forma adecuada ya que el correcto desempeño de su trabajo influye de forma positiva en la formación integral de los chicos y chicas en su paso por los centros educativos.

A FAVOR

Sonia López Mera, cofundadora de MrBroc, una empresa que nació con el objetivo de inmortalizar los dibujos de los niños transformándolos en productos de diseño

Que levante la mano quien recuerde con cariño a un profesor que le dio clase de pequeño en la escuela. El vínculo que se establece entre algunos maestros y sus alumnos es especial cuando los primeros son capaces de empatizar, enseñar y hacer que el niño se interese por una materia. Todos sabemos que de ello depende en gran medida nuestro futuro y como padres siempre es bueno agradecer que estas premisas se cumplan. Ahí entran en juego empresas como la nuestra, que proponen una opción que no dejará indiferente a la profesora que da «mates» a nuestros hijos en el colegio, o al docente que les da lengua, o incluso a la señorita que se ocupa de los más chiquititos en la escuela infantil.

Se trata de regalar algo que aune sonrisas, emotividad, dedicatorias y recuerdos para toda la vida, como pueda ser un producto diseñado a partir de los dibujos de toda una clase y personalizado para la ocasión. Creemos firmemente que algo así sí que merece la pena y que difícilmente será olvidado por los profesores y tampoco por los alumnos, que como pintores para la ocasión, se sienten parte importante en este regalazo. Porque no hay duda, plasmar el dibujo de un niño en otro soporte es una forma de valorar también la creatividad y la capacidad para tomar la iniciativa del niño.

Un regalo emotivo de estas características también es una forma de educarlos y de inculcarles la ilusión por regalar, más que por recibir de los demás. Sus dibujos se convierten en los protagonistas de un regalo inolvidable, pero esta vez ellos son los que regalan no los que reciben los regalos. ¿Por qué no enseñarles que regalar puede ser más gratificante que esperar a recibir tu regalo? ¿Por qué no educarlos a dar a los demás, pensar no en lo que te gustaría a ti si no lo que les gustará a los otros?

Ver los comentarios