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Cómo combatir el estrés de las fiestas navideñas

Consejos para llevar mejor las reuniones familiares, el agobio de los regalos...

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Comidas de empresa, cenas con los amigos, reuniones familiares, llevar a los niños a determinados eventos y actividades para disfrutar de las vacaciones escolares, comprar regalos, gestionar las comidas... Los días durante estas fechas parecen que no dan abasto. Tantas cosas que hacer, tantos acontecimientos... producen estrés y ansiedad en muchas personas. Para llevarlo mejor, Cipriano Toledo,psicoterapeuta, coach y director del Centro de Psicoterapias Avanzadas ofrece los siguientes consejos:

Regalar sin estrés

La compra de regalos es uno de los principales motivos que puede generar estrés. No saber qué regalar, dejarlo todo para el último momento, soportar aglomeraciones... son algunas de las situaciones más comunes. Toledo recomienda en primer lugar: planificación, «La compra de regalos con la suficiente antelación nos hará evitar este estrés por la falta de tiempo», recomienda.

Por otro lado, el experto destaca que es necesario rescatar el sentido real de la acción de regalar, con el fin de disfrutar de ello. «Los mejores regalos que recibimos vienen de personas que son capaces de ponerse en nuestra piel y dejan de lado sus gustos personales, las conveniencias y nos regalan su tiempo», comenta el psicoterapeuta. «Si eres capaz de salir a comprar con esa actitud, el estrés desaparece y la gratificación llega por ambas partes». Si no es capaz de tener esa actitud, es que, seguramente, la persona a la que se va a regalar, no interesa mucho. Lo mejor en estos casos es regalar «lo adecuado» y dejarse guiar por revistas o webs.

Los conflictos familiares

Si existe algún tipo de conflicto o tensión no resuelta entre algunos familiares, sin duda, es muy probable que en las reuniones navideñas aflorezcan. Por eso, Toledo recomienda que una de esas personas dé el primer paso y se ponga en contacto con la otra para «limar» asperezas. Es conveniente hacerlo antes de Navidad. «El esfuerzo merecerá la pena y si cuesta dar el paso, hay que pensar en la familia y en cómo se sentirán después de una Nochebuena feliz y en armonía».

Tener que ir casa de los padres de la pareja puede suponer un gran esfuerzo y un trance. Lo mejor es intentar adaptarse a las costumbres de ambas familias, «dejando a un lado las nuestras. Si esto cuesta trabajo hay que pensar en ello como un regalo de Navidad».

Las discusiones con la pareja

Muchas veces, el hecho de ir a comer o cenar en casa de la familia política, puede suscitar una serie de tensiones en la pareja. Dichas tensiones vienen por el hecho de tener que elegir entre una fecha u otra, es decir, tener que repartirse. Es cuando pueden aflorar los egoísmos y afianzarse las individualidades. Y, por otro lado, está el hecho de que en periodos vacacionales, en los que la pareja está más tiempo junta, pueden surgir más roces. Toledo comenta que «si una relación se resiente en Navidad o en cualquier otra época extraordinaria del año, vacaciones de verano, Semana Santa, etc. hay que darle la bienvenida a los problemas. Así al menos seremos conscientes de que los hay y podremos resolverlos. El resultado podrá ser que la relación se fortalece o se termina y en ambos casos habrá ocurrido lo mejor para los dos».

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