La media naranja no existe, y es un ataque al autoestima, según el autor
La media naranja no existe, y es un ataque al autoestima, según el autor - arc

El flechazo, encontrar la media naranja y otros falsos mitos del amor romántico

El periodista y divulgador Juan A. Ibáñez intenta remover conciencias con su novela «Con canciones de amor y sexo» y explica la diferencia entre el amor real y el que culturalmente nos han vendido como auténtico

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Las relaciones de pareja son un mundo, como un cosmos son las personas. Sin embargo, y por sorprendente que parezca nos movemos por una serie de patrones que aplicamos todos por igual.

Es lo que los expertos llaman «mitos del amor romántico» y que el periodista y divulgador científico Juan A. Ibáñez ha querido rebatir en su novela: « La aventura de buscar el amor verdadero: con canciones de amor y sexo». Se trata de un texto desenfadado, de fácil lectura y contado, en vez de en capítulos, por pistas de música. Cada canción acompaña el momento que vive Luis, el protagonista, y a través de cuyas vivencias Ibáñez ha querido algo así como remover conciencias, llamar la atención sobre el erróneo concepto del amor que tenemos hoy en día y que nada se corresponde con el verdadero significado de ese término o como, por lo menos, debería significar en una relación normal.

«Se nos ha vendido la idea de los mitos románticos, es decir, ideas como: "hasta que la muerte nos separe", "si tiene muchos celos es porque me quiere", "el amor es sufrimiento"...elementos claramente dañinos para una relación en la que se llega a creer que cuanto más sufro, más enamorado estoy o cuanto más se me controla, mejor. Esto va en contra de las relaciones sanas y se puede llegar así a casos de dominación o de malos tratos aunque se venden como románticas», advierte Ibáñez.

El autor cita como uno de los casos más representativos de esta especie de mitología del amor la idea de la media naranja. «Parece que somos personas incompletas porque nos hace falta la media naranja. Es una idea muy dañina. Cuando necesitas a otra mitad, atacas tu autoestima porque te consideras una persona incompleta», asegura Ibáñez.

Distintos tipos de amor

Otro mito, asegura, es el del amor a primera vista. «La gente se cree que va a chocarse en el supermercado con el amor de su vida, se va a caer una lata, la van a coger a la vez y se mirarán a los ojos y se producirá el enamoramiento, y eso no es amor real». Pero lo más grave de todo es la frustración que genera. «Mucha gente espera que le pase y está en casa esperando que llegue. Esa gente se descuida, tiene una autoestima baja, cree en el mito y por eso considera que no es digna».

Por eso, Ibáñez ha dado una vuelta de tuerca con su libro. El texto parte de una ruptura («pero el libro no va sobre rupturas sino todo lo contrario», aclara el autor) por lo que Luis, el protagonista, empieza de nuevo, se lanza en la búsqueda del amor verdadero, que se traduce, en algo muy diferente a lo que estamos acostumbrados a consumir en la literatura y sobre todo, en el cine. «En primer lugar, hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de amor. De esto habla el sociólogo canadiense John Allan Lee, que propone una clasificación del amor en seis tipos: el amor erótico, el lúdico, el de amistad, el maniático, el pragmático, y el altruista..La sociedad considera que hay un tipo de amor, único y verdadero, y si no te ciñes a él eres un fracasado».

Con esta idea, y «lejos de aludir al amor libre de los hippies», aclara Ibáñez, conocemos, a través de las historias del protagonista que en realidad son varios protagonistas puesto que todos darán sus puntos de vistas distintos en torno al amor, la figura del «freelove». «Se refiere a un amor cien por cien generoso, en el que los dos miembros lo dan todo por el bien común y donde el individualismo no existe, por lo menos desde un punto de vista egoísta. Cada uno mantiene su individualidad y es libre para amar», explica Ibáñez. «No somos esclavos del otro; se nos ha vendido que el amor es una cárcel y encima parece que esa es la idea buena del amor».

«Freelove»

El «freelove» no alude al poliamor pero se opone sobre todo a lo que se llama el consumismo sentimental. «Nos hemos convertido en un objeto de consumo más, usamos y tiramos lo que nos parece que no es auténtico y verdadero. El coche, es un ejemplo perfecto. Tenemos un Renault con 18 años, luego un Audi y cuando llegamos al Ferrari querremos otra cosa. El consumismo tiene mucho de insatisfacción».

Cabe preguntarse si esta concepción errónea del amor ha contribuido precisamente a que aumente cada vez más el número de divorcios. «La sociedad ya no cree en el amor a largo plazo, ha habido una banalización de las relaciones y, además, la ruptura se ha convertido en un tema tabú. El amor real es una pareja de igual a igual en la que hay comprensión y no dominación».

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