Contra el invierno demográfico

Propuestas para que los españoles tengan más hijos

Alejandro Macarrón enumera una serie de medidas para que aumente la natalidad en nuestro país

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Alejandro Macarrón, director de la Fundación Renacimiento Demográfico, ha realizado diversos análisis advirtiendo del peligro del «invierno demográfico» que sufre nuestro país, puesto que cada vez nacen menos niños y la población está muy envejecida. No escatima esfuerzos en alertar de los riesgos que esta situación supone para España si se alarga en el tiempo.

—¿Cuáles son las medidas más urgentes para favorecer la natalidad y no dejar que España sea un país de población envejecida?

—La primera, segunda y tercera es tener una mayor concienciación de la situación y sus terribles consecuencias.

—Pero la concienciación, por sí sola, no estimula que nazcan más niños.

—No, pero al igual que ocurrió con la crisis económica, si la sociedad sabe que existe un problema será más sencillo hacer reformas...

Primero se debe favorecer a las personas que tienen hijos y tratarlas mejor economicamente. No puede recibir la misma pensión una persona con cuatro hijos que quien no tuvo ninguno, porque el que tuvo cuatro pudo ahorrar menos precisamente por contribuir a que todos podamos cobrar una pensión. Igualmente no puede pagar los mismos impuestos. Es necesario, además, centrarse en la mujer y rebajar las cotizaciones a la seguridad social. También se debe tener en cuenta a las empleadas que dejan de trabajar unos años o que reducen su jornada para cuidar de los hijos para que no sufran una penalización en su pensión.

«Hace falta un cambio de valores, más que ayudas económicas»

—¿Son las medidas económicas las que conseguirán dar un vuelco a la pirámide poblacional?

—He realizado un minucioso análisis de las ayudas a la natalidad que se conceden en Europa y la correlación matemática entre la tasa de fecundidad por población de cada país y el porcentaje de PIB dedicado a ayudas. ¡La correlación es cero! Es decir; hay países que dan más ayudas económicas a la maternidad y tienen menos hijos. En teoría si se duplicaran las ayudas, se espera que se duplique el número de hijos, pero ¡no es así! Hay alguna excepción, como Suecia o Francia, con más ayudas y que han aumentado su natalidad, pero no de manera suficiente para tener reemplazo generacional. Otros, como Alemania, con grandes ayudas, no logra aumentar los nacimientos. Conclusión: las ayudas económicas no son suficientes para incrementar la natalidad, lo que hace falta es un cambio de valores. Habría que dar tanto dinero a los jóvenes para que quisieran tener hijos que el Estado se arruinaría.

—¿Hacia dónde debe ir encaminado ese cambio de valores?

—Se debe incentivar la nupcialidad porque, al margen de valores religiosos, las parejas casadas tienen más hijos y la estabilidad familiar es mayor. La gente no es tonta y no se casa porque no está comprometida con los valores actuales y porque los divorcios son muy dolorosos... El mundo actual no incentiva el matrimonio ni desincentiva el divorcio. A los poderes públicos les da igual que la gente viva o no casada.

«Tenemos un ciclo formativo demasiado largo. Debería acortarse»

—¿No cree que aunque las personas se casen, lo hacen demasiado tarde?

—Efectivamente. Hay que motivar que se casen y tengan hijos antes. Las parejas quieren tener descendencia, pero se lo plantean demasiado tarde. A partir de los 35 años, la fertilidad femenina cae muy bruscamente y a los 40 es casi cero, y es cuando surge el deseo de tener hijos. Una de las razones es que a esa edad es cuando las mujeres se establecen profesionalmente y consideran que ha llegado el momento de ser madres. Lo deseable es que no tuvieran hijos más tarde de los 28 años para contribuir a mejorar la situación demográfica. Solo se logra con concienciación.

—Si, pero entre que acaban sus estudios, consiguen un trabajo, ahorrar...

—Tenemos un ciclo educativo demasiado largo. Cuando yo era pequeño se iba a la universidad con 17 años y ahora con 18. La universidad debería reducir un año de media la salida de sus titulaciones. También las vacaciones de verano deberían ser más cortas. De esta manera, se favorecería que los jóvenes quisieran tener hijos antes y, además, aumentaría la población activa. Esta medida también permitiría tener un hijo más, lo que sería muy positivo para erradicar en parte el problema demográfico.

—¿Cuántos hijos necesitaría tener cada mujer como media en España para solucionar el problema?

—Un hijo más por mujer. De esta manera estaríamos, incluso, en un ligero crecimiento de población. Lo ideal sería un hijo y medio más de media durante dos o tres décadas. Ahora estamos en una tasa de natalidad de 1,2 hijos por mujer, según el INE. Necesitaríamos llegar a 2,2.

—¿Cree que el Plan Integral de Ayudas a la Familia previsto por el Gobierno será parte de la solución?

—Aunque no se consiguiera nada es de justicia dar ayudas a la maternidad. Lo que está claro es que el modelo de sociedad no se cambia con un parche.

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