Consejos para estudiar en verano

Muchos estudiantes españoles comienzan estos días sus particulares jornadas maratonianas de estudio para aprobar en septiembre. Puede ser más sencillo si se crea un hábito y se alejan las distracciones

ABC

Muchos estudiantes españoles comienzan estos días sus particulares jornadas maratonianas de estudio para aprobar en septiembre . Repasar los apuntes del curso, releer los libros, subrayarlos e incluso memorizar esquemas hasta altas horas de la madrugada parece, a priori, lo habitual para superar este incómodo obstáculo en pleno mes de agosto, que ha alternado días de tremendo calor con bajadas súbitas de temperatura. Pero puede ser más sencillo aún cuando se crea un hábito y se alejan las distracciones.

Hace un año, Paloma, una joven de 24 años, tuvo que compaginar sus prácticas en una empresa con la preparación para el Trabajo de Fin de Grado (TFG). «Me vi obligada a cancelar muchos planes con mis amigos, como tomar algo, ir a la piscina… Sabía que tener una rutina era prioritario y dejaba el ocio para el fin de semana. Creo que lo básico para sacarte los exámenes o el TFG es crearte un hábito porque así a la larga no cuesta tanto ponerte», comenta. Llegaba a casa a las 20 horas, descansaba y cenaba hasta las 22 horas, momento en el que se ponía a hincar los codos de forma ininterrumpida hasta las 2 de la mañana, cuando decidía apartar los libros e ir a la cama. «Con esa costumbre, incluso durmiendo menos de 8 horas, me permitía descansar mejor», agrega. Una alimentación rica en fósforo y potasio, es decir, en pescado y frutas como el plátano, ayuda al estudio y a procesar mejor la información, según la página especializada «Actualidad Gastronómica». Así como beber muchos líquidos: agua, té o café . Es clave no marcarse objetivos demasiado ambiciosos ni un calendario especialmente estricto.

Para Melanie, de 22 años, «lo esencial es no agobiarse. Empezando a estudiar en serio a mediados de agosto basta», señala. En su primer verano con asignaturas pendientes , esta joven extremeña dice que empezó a prepararse los exámenes desde principios de julio: «Fue un error porque al estudiar no me quitaba el estrés del curso y ni estudiaba bien ni disfrutaba del tiempo libre con mis amigos. A mí me ha venido mejor empezar en agosto, estudiando de 9 a 14 horas todas las mañanas en mi casa que estudiando dos horas desde mucho antes. He disfrutado de las vacaciones y he sacado las asignaturas». Encontrar un entorno adecuado para el estudio resulta fundamental para evitar distracciones y otras tentaciones que desvíen la atención al estudio, aconseja el portal «Universia». Para ello, se recomienda evitar los lugares excesivamente calurosos y sin ventilación. Ayuda igualmente alejarse esas horas de estudio del smartphone o de la televisión. «Al principio cuesta mucho ponerse, pero una vez creado el hábito y la rutina, incluso al final le coges el gusto, como pasa con el gimnasio, concluye Paloma. Tras una dura semana de estudio, el ocio en el fin de semana termina por ser fundamental: los pequeños premios pueden ayudar a estar más motivado.

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