Pueblos Únicos

Cedeira, balcón al centro de la tierra

La singularidad de los acantilados de la Serra de Capelada no termina en sus 616 metros sobre el nivel del mar. El tipo de roca que los forma solo existe en superficie en una decena de lugares del planeta

Acantilados de San Andrés de Teixido, al este de Cedeira Miguel Muñiz

Rocío Lizcano

Seiscientos dieciséis metros de caída vertical sobre el nivel del mar convierten a los acantilados de la Serra da Capelada, a lo largo de los municipios coruñeses de Cedeira y Cariño, en los más altos de la Europa continental , pero la imponente altura de este agreste balcón sobre el Atlántico no es la única singularidad del enclave: «Una de las formas que utilizo para que la gente comprenda la importancia geológica de esta zona es indicarles que es como si hicieran un viaje al interior de la tierra», apunta Francisco Canosa, geólogo y guía en las rutas de interpretación que la oficina de Turismo de Cedeira oferta al visitante.

En poco más de una decena de puntos en el mundo, subraya Canosa, el tipo de rocas que conforman los acantilados de A Capelada , propias de grandes profundidades, se revelan en superficie, accesibles al ojo humano, una particularidad que encuentra su explicación en los movimientos tectónicos registrados millones de años atrás, que originaron la formación actual de los Alpes. Una excepcionalidad que se traduce en nuevas sorpresas, como la que esconde la playa de Teixidelo, única en el mundo por su arena negra de origen no volcánico.

Son muchos los puntos desde los que observar el «pugilato geológico con el Atlántico» -como definió admirado Otero Pedrayo- de los acantilados de Cedeira, pero sin duda el más conocido es la garita de Herbeira, muy próxima al santuario de San Andrés de Teixido, ese al que, cuenta la leyenda, «vai de morto o que non foi de vivo» («va de muerto el que no fue de vivo»). En días de buena visibilidad desde este mirador es posible contemplar Punta Tarroiba y Punta Robaliceira, una privilegiada vista sobre el lugar más alto de los acantilados. Pero Herbeira no es el único enclave desde el que asomarse a las aguas del Atlántico, y los puntos de Chao do Monte o -ya en el municipio limítrofe de Cariño, al norte- y del Macizo do Limo ofrecen perspectivas igualmente interesantes.

Sólo 12 kilómetros separan la aldea de San Andrés de Teixido del núcleo urbano de Cedeira, con su singular casco histórico de trazado medieval y galerías de madera y piedra labrada, o el paseo del río Condomiñas, que surca la villa hasta su desembocadura en la ría. El término municipal ofrece cientos de metros de arenales de aguas tranquilas y fina arena , desde la playa urbana de A Magdalena a calas más escondidas, como As Burbullas.

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