¿Renace el «chándal con tacones» de las folclóricas?

Rihanna presentó una colección de «arreglao pero informal», mientras desfiló una Victoria Beckham edulcorada

Diane von Furstenberg ABC

MARÍA LUISA FUNES

«Es un sueño diseñar las prendas que me hubiera gustado llevar al colegio, aunque en su día solo pensaba en ponerme faldas cortas», declaraba orgullosa Rihanna tras presentar la colección de Puma que aúna estilismo deportivo con diseño glamuroso, algo que parece ser tendencia pero que puede a veces molestar a la vista. El nuevo «arreglao pero informal» de la cantante -chándal con tacones- parecía una entelequia pero ha llegado, para socorrer a alguna tonadillera que lo pueda echar de menos.

Y es que en la pasarela de Nueva York mandan mucho «ellas», creadoras de todas las edades, nacionalidades y razas, con garra y personalidad propia. Jonathan Saunders vuelve a estar a cargo de las colecciones de Diane von Furstenberg, dándoles un aire algo más provocativo y cañero, muy años 70, con vestidos ajustados de cuero, escotes asimétricos, flecos y prendas más atrevidas. Nunca se sabe si esto será positivo para la marca o, por el contrario, dará más espacio en su segmento de mercado a Carolina Herrera o Tory Burch, sus grandes competidoras. Allá ellos, renovarse demasiado a veces es morir. Sobre todo si se acaba por perder una identidad exitosa que estaba estrenándose verdaderamente con fuerza hace una docena de años. Esto de sustituir a los creadores «en vida» parece peliagudo.

Atrevido y ñoño

La nueva colección de Victoria Beckham prueba, una vez más, cómo la cantante metida a diseñadora va de lo más atrevido a lo más ñoño e incluso banal. Si bien no le falta elegancia a sus prendas son difícilmente reconocibles y parecen sencillas réplicas de colecciones pasadas de Raf Simmons , Jil Sander e incluso de la muy comercial marca de media gama estadounidense Ann Taylor. Victoria, que con tanto acierto ha tocado los hilos de la promoción mediática para ella y su marido -e incluso para sus hijos- hace tiempo comprendió que nadie es profeta en su tierra y desfila en Estados Unidos con más éxito entre la prensa del corazón que en la de la moda. ¿Habrá perdido la inspiración? En realidad, ella siempre se ilustró con los stilettos tipo salón de MiuMiu y los vestidos austeros de Ralph Lauren. Incombustible y millonaria, con una empresa propia en la que nadie la cuestiona y que le cuesta poco por tener una mínima estructura, seguro que volverá a mejores resultados en futuras temporadas.

Lo de Rihanna, en cambio, ha sido la apuesta del gigante deportivo Puma, una propuesta del grupo de los Pinault para el mundo de la moda para millenials. El «sport glamour» de la caribeña, presentaba vestidos en tejidos elásticos de tipo técnico con escote de barco combinados con zapatos de tacón en tonos fluorescentes, pantalones de jogging con tops y botas de estilo «Camino de Santiago» y monos en neopreno de estilo «wetsuit» surfero con -atención al detalle- botines de tacón y punta . Nunca fue mejor representado el tradicional «con chándal y tacones me voy al híper» de las folclóricas españolas en los años 80, si bien algunas prendas contaban con una estupenda calidad y un diseño deportivo muy actual. Todo será mezclarlas con otros accesorios para atinar. Desde luego, el futuro nos depara atuendos que el corazón no entiende.

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