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El pulso del planeta

Cuba se viste de Chanel

La casa francesa presentó ayer su colección de crucero en La Habana, inspirada en los colores del Caribe. La industria de la moda se suma al deshielo político

Madrid Actualizado: Guardar
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El modisto alemán Karl Lagerfeld organizó ayer el primer desfile de Chanel en Cuba. Semejante iniciativa supone una enorme apertura para la isla, una increíble oportunidad para hacer soñar al pueblo cubano con el mundo occidental, ayudándoles así a salir del ostracismo hacia la libertad.

«Si quieres hacer algo aburrido, sé políticamente correcto», ha dicho a menudo Lagerfeld, en una muestra de su rebeldía y sus ganas de comerse el mundo. Este aperturismo en la moda se añade a la visita de Barack Obama, el concierto de los Rolling Stones, la parada del primer crucero estadounidense en la Gran Antilla y el rodaje de la última entrega de «Fast & Furious» en las calles de La Habana.

La moda ha sido pues el siguiente eslabón cultural que abre diplomáticamente la isla comunista al mundo.

Cuba está inspirando a las grandes marcas, y las marcas de moda están inspirando a Cuba. El desfile de la colección crucero de Chanel 2017 tuvo lugar al aire libre, en una pasarela situada en el Paseo del Prado de la capital y presentó una estética muy caribeña. Lagerfeld se ha inmiscuido en todos los detalles organizativos y ha aprovechado la ocasión de esta Semana Francesa de La Habana para darse cierto autobombo, inaugurando una exposición propia con su obra fotográfica.

Raúl Castillo, famoso diseñador cubano, y el escritor Arturo Arango han declarado su alegría por la iniciativa, mientras que la cantante y activista anticastrista cubana Gloria Estefan ha manifestado que el desfile de Chanel «ayudará a que los cubanos conozcan el mundo libre. Aunque no puedan comprar la ropa nada más que los más poderosos, todos disfrutarán de la belleza y soñarán con la moda».

Pero ninguna cuestión de estilo le es ajena a Cuba. Antes de la Revolución, la «pequeña París» era un enjambre de estrellas de Hollywood y «socialites». La moda y el estilo cubano triunfaban en el mundo. De hecho, los almacenes El Encanto, precursores del muy español El Corte Inglés al ser el lugar donde comenzó a trabajar Ramón Areces, alojaron en 1952 el primer «corner» de Christian Dior en América cuando aún vivía el gran diseñador de Granville, todo una proeza para el gran almacén de la isla.

En El Encanto se innovó el mundo comercial de la moda, creándose nuevas estrategias de compra, técnicas comerciales, un escaparatismo profesional y novedades como la escaleras mecánicas o los «corners» de lujo. Sus sucursales en las principales ciudades y la afluencia de personajes como María Félix, Ava Gardner, Lana Turner, Errol Flynn o Tyrone Power hicieron de El Encanto un ejemplo a seguir, aunque con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 fue todo confiscado, utilizándose el espacio como almacén de suministros. Un incendio en 1961 redujo a cenizas el edificio que representaba la moda y el lujo en Cuba. Es ahora Lagerfeld el que alumbra la mecha de la moda y del sueño occidental en la isla, para recuperar la elegancia y el estilo que murió con El Encanto hace ya 55 años.

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