Algunos objetos de Sara Montiel, a la venta en la joyería Molina Cuevas
Algunos objetos de Sara Montiel, a la venta en la joyería Molina Cuevas - JOSÉ RAMÓN LADRA

Zeus y Thais Tous sacan a la venta los recuerdos de Saritísima

Desde hoy pueden adquirirse mil piezas de las casas de Sara Montiel en Madrid y Mallorca

Madrid Actualizado: Guardar
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Tres años se han cumplido esta semana de la desaparición de Sara Montiel. La que fuera primera diva del cine español y abrió las fronteras con Hollywood, la mujer que aseguró haber enamorado a hombres tan diferentes como James Dean o el Nobel Severo Ochoa, la cupletista que se fumaba un puro mientras esperaba al hombre de su vida, hoy es un mito para miles de admiradores, pero también una figura a la que no se han rendido los suficientes homenajes.

Durante su larga vida profesional Sara amasó una buena fortuna, especialmente durante su matrimonio con Pepe Tous, con quien adoptó a sus dos hijos, Thais y Zeus. Sin duda, aquellos fueron los años más felices de su vida, cuando cumplió su deseo de convertirse en madre y tuvo a su lado al mejor compañero.

Con Tous, la leyenda de Sara no se apagaba, sino que lucía día a día. De hecho, el mallorquín siempre trabajó para que su esposa no perdiera su condición de estrella. Así fue hasta su muerte, dejando a una Sara desconsolada y sin rumbo. Fue entonces cuando se abrieron los capítulos más desagradables de su vida amorosa, cuando luego se casó con el cubano Antonio Hernández, un personaje que jamás contó con el visto bueno de su familia. Entonces se desataron en torno suyo una serie de polémicas que sus hijos intentaron llevar con resignación.

Muebles, joyas y recuerdos

Desde su fallecimiento, la familia ha vivido al margen de los medios. Como herederos de su madre, Thais y Zeus se han encargado de asumir un legado en el que había importantes bienes inmuebles, joyas y muchísimos recuerdos personales. Gran parte de su vestuario artístico o de sus galardones y objetos relacionados con la carrera profesional se encuentran en el museo abierto en su memoria en Campo de Criptana.

Desde ahora, además, la joyería Molina Cuevas de Madrid (Hermosilla, 20) pone a la venta todo el mobiliario que tenía tanto en su casa de Palma de Mallorca como en la de la calle Núñez de Balboa de Madrid (las dos ya han sido vendidas), que sus seguidores reconocerán perfectamente por los muchísimos posados que hizo en esos salones donde era imposible dar un paso de lo abigarrados que estaban.

A Sara le gustaba el exceso en todo: en sus maquillajes, en sus vestidos, en sus joyas y, por supuesto, en la decoración. Su marido, Pepe Tous, le inculcó su pasión por el art decó y el art nouveau, por lo que abundan las piezas de estos estilos.

«Hemos intentado imprimir también el carácter de Sara a la hora de colocar y disponer su casa», explica David Cuevas, de la joyería Molina Cuevas. Junto a su socio y marido, Jorge Molina, han adquirido la colección de arte y todos los objetos de decoración de la artista, que a partir de hoy venden al público. Un total de 1.000 piezas en las que hay de todo un poco, desde los cuadros hasta las figuritas que Sara colocaba por todas partes, pasando por piezas tan recordadas de su salón como el famoso comedor chino, con el aparador lacado en rojo; la lámpara art nouveau de guirnaldas o el famoso jarrón chino que siempre salía en las reportajes gráficos.

Otra pieza fundamental era el bargueño antiguo en la entrada de su casa madrileña, adornado con dos lamparas art nouveau. También, recuerdos tan personales como la colección de muñecas antiguas que se encontraba en su dormitorio o la colección de bomboneras y galleteras art decó.

En cuanto a pintura, hay muchos cuadros dedicados por sus autores y diferentes retratos de la diva. «Como pasa con todas las casas, hay objetos de más valor que otros. La diferencia con otras colecciones que compramos es que se trata de un personaje público como fue Sara Montiel, pero es muy normal que los herederos se deshagan de los objetos que han pertenecido a su familia si no los necesitan», añade Cuevas. Por tanto, no estaríamos hablando tanto de una venta por necesidad monetaria, sino por liquidar lo que ya no es necesario.

De 20 a 5.000 euros

La horquilla de precios es muy amplia. Hay figuras que rondan los 20 o 30 euros -«esas piezas solemos destinarlas a mercadillos benéficos» -y las más cotizadas podrían alcanzar los 5.000 euros. Entre la pintura hay obras de Eduardo Naranjo, Eugenio Lucas Villamil y Carlos Vázquez. También, una copia de un falsificador reconocido como es Elmyr de Hory.

La familia ha querido que sea en esta joyería donde se liquiden las pertenencias de Sara, dada la estrecha relación que siempre mantuvo con sus propietarios. Hay que recordar que tanto Montiel como Marujita Díaz fueron madrinas de la boda de esta pareja de joyeros en 2012 y que fue también en este establecimiento donde se vendieron algunos recuerdos de Marujita. «Hemos intentado hacer un corta y pega de la casa de Sara en nuestra tienda», comenta Cuevas, que, como experto en este tipo de ventas, es consciente del valor añadido que da saber que cuentan con los objetos que acompañaron a la artista durante casi toda su vida.

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