El presidente de EEUU indultando al pavo en la víspera de Acción de Gracias
El presidente de EEUU indultando al pavo en la víspera de Acción de Gracias - REUTERS

El último indulto de Obama

El presidente de los Estados Unidos compareció ayer antes del tradicional perdón a los pavos para negar el riesgo de ataque terrorista

CORRESPONSAL EN WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Víspera algo atípica de Thanksgiving ( Día de Acción de Gracias) en Estados Unidos. El tono desenfadado del tradicional indulto a los dos pavos contrastó con la inusual comparecencia en la que un cariacontecido Obama, flanqueado por todo su equipo de Seguridad Nacional, tuvo que negar dos horas antes «un riesgo creíble» de ataque terrorista. Tras el impacto de los atentados de París, mensaje de calma para los millones de norteamericanos que se desplazan estos días para encontrarse con familiares y amigos en la celebración más intensa del año. Después, no faltó el humor en la cita con «Honest» y «Abe», los dos animales que este año pudieron librarse del horno gracias a la facultad presidencial. En el Rose Garden de la Casa Blanca y ante la tierna mirada de sus hijas, Sacha y Malia, el presidente perdonó la vida de los orondos pavos, ambos de 18 semanas y con otros tantos kilogramos de peso.

Dos hermanos criados en Central Valley, California, que desde ahora podrán ser visitados en Turkey Hill, la histórica granja de pavos de Morven Park, en Leesburg.

Durante el desenfadado encuentro, que supuso el número 68 desde que se estableciera como cita obligada en el hogar presidencial y el séptimo para él, Obama deseó salud y bienestar a todos los norteamericanos, que viven estos días con más dedicación que la propia Navidad. Y el primero, el presidente, quien nunca ha ocultado que son sus días favoritos del año. Sonriente esta vez, no ahorró ironía al aludir a «algunos miembros de la oposición, que a veces son inofensivos como los pavos».

Thanksgiving hunde sus raíces en una mezcla de tradiciones europeas y de aborígenes americanos, que celebraban el final de la cosecha después del duro trabajo. Aunque originalmente tuvo influencias religiosas, la festividad nacional, decretada por Abraham Lincoln en 1863, es de carácter secular.

Como en casi todos los hogares del país, los Obama se sentarán hoy en torno a la mesa para degustar un pavo asado, que, hasta la fecha, no ha variado en su elaboración desde que en noviembre de 2009 se estrenaran en su primer Thanksgiving: asado en salsa de tomillo y relleno de ostras. Y es tradición que al pavo le acompañen, un puré de boniato gratinado, otro de calabaza, unas judías verdes y pan de maíz. Y para rematar la cena más copiosa del año, tartas y pasteles de crema de banana y coco.

Lo que no ha cambiado en la Casa Blanca desde 1970, por mucho que se sucedan los presidentes, es la utilización de la cubertería King Charles (Rey Carlos). En el caso de los Obama, su uso es habitual en los almuerzos más formales y en las cenas especiales, como lo es de la de Thanksgiving.

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