Sasha y Malia Obama a su llegada a Buenos Aires este miércoles
Sasha y Malia Obama a su llegada a Buenos Aires este miércoles - REUTERS
GENTE

El «spring break» de Malia y Sasha

Las adolescentes hijas de Obama aprovechan los viajes oficiales a Cuba y Argentina para hacer turismo y practicar su español

Miami Actualizado: Guardar
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Para Sasha y Malia Obama, el viaje de su padre a Cuba y Argentina era una oportunidad de oro para disfrutar de dos de los destinos turísticos más atractivos de Iberoamérica. De forma intencionada o no, las fechas de la histórica visita a ambos países han coincidido para las hijas del presidente de Estados Unidos con su «spring break», las vacaciones de primavera que los estudiantes del país norteamericano disfrutan estos días. Así que, en lugar de quedarse entre las paredes de la Casa Blanca, se han apuntado a un viaje que está ofreciendo estampas de entrañable excursión familiar, a la que tampoco ha faltado la suegra presidencial, Marian Robinson.

No es la primera vez que las hijas de los Obama van con ellos en un viaje oficial.

Ya lo hicieron en 2013, cuando se desplazaron a Sudáfrica. Además, participan en otros actos, como la reciente cena de gala en la Casa Blanca en honor del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

El pasado viernes las dos adolescentes, Sasha de 14 años y Malia de 17, acompañaron a sus padres en el recorrido que hicieron bajo la lluvia por la Habana Vieja nada más aterrizar en Cuba. Esa noche se pudo comprobar cómo Malia, que tras el verano entrará en la universidad, hacía gala de sus conocimientos de español al servir de intérprete para su padre en el restaurante donde cenaron, el paladar San Cristóbal. Una imagen del fotógrafo de cabecera de Obama, Pete Souza, fue difundida con un pie que indicaba que su hija mayor le estaba traduciendo mientras charlaban con el dueño, Carlos Márquez.

«Su español es mucho mejor que el mío», reconoció el propio presidente en una entrevista con la cadena ABC. Obama dijo que su hija mayor tenía la oportunidad de hablar el idioma de Cervantes de forma completamente fluida, mientras que él, aunque se jacta de una buena pronunciación, confiesa tener «el vocabulario de un niño de dos años». A pesar de ello, se ha esforzado a lo largo de sus intervenciones por emplear el castellano, como cuando concluyó sus palabras en el Gran Teatro de La Habana con un «Sí se puede».

Malia también pudo practicar su español con el historiador local Eusebio Leal, quien les sirvió de guía por las calles empedradas del casco antiguo habanero y cuyas explicaciones se veía a la joven escuchar. En días posteriores, ambas hermanas acompañaron a su madre durante un encuentro con estudiantes locales, en la plantación de dos arbustos de magnolia y la donación de un banco para una biblioteca de La Habana. Además, asistieron al partido de béisbol en el Estadio Latinoamericano.

En Argentina, Juliana Awada, esposa del presidente Mauricio Macri, tenía preparadas para las hijas de Obama una carta de bienvenida de su hija Antonia, así como unas «vaquitas de San Antonia rellenas de dulce de leche», según se encargó ella misma de informar en la red Instagram. A la primera dama de EE.UU. le tenía reservado una manta de vicuña.

La guinda de estas «vacaciones» la pondrá una escapada a Bariloche, la célebre ciudad a los pies de los Andes a la que cada año acuden miles de turistas atraídos por sus paisajes.

Michelle Obama y Juliana Awada en el Centro Metropolitano de Diseño
Michelle Obama y Juliana Awada en el Centro Metropolitano de Diseño - AFP

En cuanto al primer encuentro entre Michelle Obama y Juliana Awada en Buenos Aires no podía ser en otro sitio que en el Centro Metropolitano de Diseño de la capital argentina. Para la cita, ambas mujeres, iconos de estilo a su manera, sacaron sus mejores galas. La mujer de Barack Obama eligió un vestido corto estampado en azul klein de la venezolana Carolina Herrera. Un estilismo totalmente opuesto al de la esposa de Mauricio Macri, que prefirió recoger su melena castaña y se decantó por vestir toda de color blanco. La primera dama argentina aprovechó la ocasión para promocionar la moda de su país y lució tres piezas «made in Argentina»: unos pantalones de la firma María Cher, una blusa de Ginebra y una maxi blazer de Roma Renom.

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