Sergi Arola: «Me han dado por muerto, cerrado y hundido tantas veces...»

El chef catalán arrastra problemas financieros desde 2007, pero niega estar sumido en la ruina

Sergi Arola posa para ABC durante la entrevista DE SAN BERNARDO
Ana Mellado

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El fracaso siempre vende más que el éxito. Son muchos los que se regodean en la desgracia ajena para olvidar las propias. Tras varios días mordiéndose la lengua y contemplando con incredulidad informaciones que alertaban de su ruinosa situación económica e incluso de un grave deterioro físico, Sergi Arola (Barcelona, 1968) ha decidido pronunciarse. Llega puntual a una cafetería de Arturo Soria en Madrid con el casco de moto bajo el brazo, su pelo pintado por las canas más largo de lo habitual y una chaqueta de plumas oscura. Su enfado es palpable desde el primer minuto. «Al principio tenía cierta incredulidad porque ya me han dado por muerto, por cerrado y por hundido tantas veces... Luego la cosa ya me empezó a molestar».

El cocinero catalán fue fotografiado el pasado 7 de enero cuando asistía a un chequeo médico en un hospital de La Moraleja. «Como puedes ver no estoy enfermo. Ese día una ola de frío polar azotaba toda Europa. Estaba descansando en casa, tuve una larga conversación acalorada con un amigo. Después de trabajar toda la Navidad en Verbier (Suiza), me sentía cansado y empecé a notar que se me dormía la mano. Decidí ir a hacerme un chequeo porque en marzo cumplo 50 años. Cogí lo primero que pillé; unos vaqueros, un anorak y unas botas porque voy en moto y me sacaron las fotos. Podría haber ido con un pantalón de pinzas rojos y unos castellanos sin calcetines, pero a cero grados y en la moto no parecía la mejor opción». Un electro y varias analíticas confirman que está sano como un roble , agrega el chef.

Arola tiene ciertas sospechas sobre quién podría estar detrás de todo esto, pero prefiere no señalar a nadie hasta tener pruebas sólidas. «A la gastronomía española le hacía falta un loser, un perdedor. Tienes a David Muñoz que está con la estrella de la tele (en referencia a Cristina Pedroche ), tienes a Joan Roca, a Ferran Adrià que es como un ente superior... Ellos se lo han ganado, pero hacía falta el acabado, el destrozado en la foto de la gastronomía española. Y ese modelo me lo han asignado a mí».

Entre Sintra y Madrid

Sergi reparte su tiempo entre Portugal y nuestro país. De miércoles a sábado vive en Sintra (Lisboa) donde trabaja en el restaurante LAB by Sergi Arola, en el lujoso Hotel Penha Longa. Y el resto de días reside en Madrid donde aprovecha el tiempo para ver a sus dos hijas. «Sí, cuando estoy en la capital me quedo en casa de un amigo que me la ha dejado porque él la tiene vacía. Como viajo mucho y de dinero voy justito es la mejor opción. Desde luego que de mí nadie se va a enamorar por dinero», bromea.

El chef está involucrado en algunos proyectos profesionales más. Durante los últimos años, las Navidades las pasa trabajando en un local de Verbier en Suiza. Y el año pasado también formó parte del jurado de Masterchef Chile . «Mi único delito es ser muy mal empresario, pero nadie me enseñó. En la escuela de hostelería aprendí a cocinar, no a llevar un negocio. Pero siempre lo digo, yo no puedo estar en la ruina porque tengo dos manos, talento y un oficio. Sigo trabajando y trabajaré hasta el último día de mi vida porque es lo que me gusta».

Su declive económico se desencadenó en 2007 tras la apertura del restaurante Gastro. Los problemas económicos se tragaron las dos estrellas Michelin que ostentaba. En 2013, llegó el gran palo de Hacienda, lo que precipitó su caída y el apagón definitivo de los fogones del local en 2016. «No conozco a nadie que haya quebrado una sociedad y que haya presentado concurso de acreedores con un lío como el que me metí yo con mi restaurante de Zurbano y salga de rositas. Tengo una serie de asesores y amigos que me están ayudando porque es una situación muy seria».

Silvia Fominaya, en su bar de tapas en La Coruña, junto a Sergi Arola GTRES

Lo que más le ha dolido de la tormenta desatada esta semana ha sido el ver arrastradas a las mujeres con las que compartió sentimentalmente su vida en el pasado. Con Sara Fort , su exmujer y madre de sus hijas, el cocinero forjó una relación personal y laboral durante casi veinte años con la sociedad FORTAROLA S.L. Tras su divorcio, en marzo de 2015 arrancó un breve noviazgo con la presentadora y modelo Silvia Fominaya . Rompían a comienzos de 2016. «Es increíble que las hayan culpado a ellas de mi situación». Sergi mantiene una relación extraordinaria con Silvia, a la que ha asesorado y ayudado desde el punto de vista gastronómico con un bar de tapas en La Coruña, llamado Por la Jeta. El pasado miércoles asistían juntos a un musical en la Gran Vía Madrileña, evidenciando su gran sintonía. «La puerta de la reconciliación siempre está abierta. La quiero mucho y estoy muy a gusto con ella».

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