Salvador Sobral: «Mi problema de corazón ya está resuelto»
El ganador portugués de Eurovisión, que actuará en julio en el Festival de Jazz de San Sebastián, reaparece con una entrevista en la televisión pública
Salvador Sobral ha reaparecido ante las cámaras por primera vez desde el trasplante de corazón al que fue sometido el pasado diciembre en el Hospital de Santa Cruz, a las afueras de Lisboa. En una entrevista en el Telediario (‘Telejornal’) de la cadena pública RTP 1, equivalente a La 1 en España, se dejó ver con unos kilos de más, evidenciando que ha sufrido mucho en los últimos meses pero que todo evoluciona de forma positiva.
«Mi problema de corazón ya está resuelto», dijo para tranquilidad de los miles de fans portugueses que se agolpaban delante de la televisión.
Sus confesiones al periodista Joao Adelino Faria colmaron el ansia de noticias suyas por parte de un público que no hace más que renovar su culto hacia él desde que ganó el Festival de Eurovisión con la balada «Amar pelos dois» , punta de lanza de su delicado estilo jazzístico.
«Sí, claro», respondió sin titubeos cuando resultó interrogado acerca de si tuvo miedo cuando se echó encima la fecha de su grave operación a vida o muerte. «Sería un cubo de hielo si no tuviese miedo» , admitió mientras desfilaban en la pantalla las imágenes de su éxito apoteósico e inesperado gracias a la canción compuesta por su hermana.
«Hacía algún tiempo que no veía esas imágenes. Son muy bonitas, aunque no muestran la parte negra de la historia», manifestó. Entonces no pudo resistirse a declarar: «He vivido un par de experiencias únicas porque vencí en el mayor concurso pop europeo y, de repente, todo el mundo me conocía en mi país. Unos meses después, me vi en la habitación de un hospital durante cuatro meses y me hicieron un trasplante de corazón. Pienso que fue el año más dispar que alguien podría imaginar».
¿Quiere decir eso que se han registrado cambios vertiginosos en su existencia? «Bueno, soy el mismo antes y después de la cirugía. El corazón es un músculo, el alma es la misma», señaló al tiempo que se preparaba para proclamar: «No, no quiero saber quién es la persona que me donó el corazón» [muy probablemente, un joven de su edad, 28 años, fallecido en un accidente y de una complexión similar.]
Su caso ha tenido en vilo a todo Portugal, donde sus adeptos cuentan los días para su regreso a los escenarios, otro de los puntos estrella tratados durante la entrevista. No concretó fechas, pero quedó claro que primero se centrará en actuar al final de la gala de Eurovisión que se celebrará en Lisboa el próximo 12 de mayo y después se lanzará a poner en pie una gira.
Una serie de conciertos que, si todo sigue marchando de acuerdo con la «hoja de ruta», arrancará en las islas Azores y Madeira e inmediatamente después llegará a España, donde ya está confirmado como una de las figuras del Festival de Jazz de San Sebastián a finales de julio.
De forma paralela, su cuenta de una conocida red social difundía un vídeo de casi un minuto en el que interpreta una nueva canción, anticipo de su nuevo álbum, sobre el que dijo que se focalizará en versiones.
Le acompañarán en la grabación el pianista Mário Laginha y el guitarrista Samuel Úria , así como dos escritores que le iluminarán en las letras: Gonçalo M. Tavares y Miguel Esteves Cardoso .
Sobral parece respirar finalmente. No puede olvidarse que entró y salió de cuidados intensivos en varias ocasiones , ya que su insuficiencia cardiaca le colocó ante el mayor reto de su vida. Y salió a la luz que el origen de su dolencia estaba en un virus que anidó en su corazón y que no resultó erradicado a tiempo.
Llegó a encontrarse en medio de un atolladero para su salud, lo que ha venido encogiendo el corazón de su legión de seguidores (muchos de ellos españoles).
Tanto es así que el equipo médico del Hospital de Santa Cruz , especializado en ese tipo de enfermedades, tuvo que acogerse a la solución provisional de conectarle a una máquina en los instantes más preocupantes de todo este proceso, aunque afortunadamente su frágil estado terminó por dar un vuelco.
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