Uno de los suntuosos salones del Hôtel de Feuquières, el palacio parisino de Robert de Balkany
Uno de los suntuosos salones del Hôtel de Feuquières, el palacio parisino de Robert de Balkany - SOTHEBY'S

Salen a subasta los tesoros del rey de los centros comerciales

Los herederos de Robert de Balkany venderán las obras de arte y muebles de su palacio parisino. Era el dueño de La Vaguada y Plaza Norte

MADRID Actualizado: Guardar
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Robert Zellinger de Balkany no tenía trono ni corona, pero llegó a gozar de un tratamiento casi real. Muchos le llamaban «el rey de los centros comerciales». El magnate de origen rumano, que falleció el pasado 19 de septiembre a los 84 años, huyó de la Europa nazi cuando era un niño y se instaló en Francia, donde levantó un imperio transnacional de espacios de ocio, urbanizaciones y bloques de viviendas.

Fue el promotor de la Torre de Montparnasse, el único rascacielos dentro del centro de París, y el inventor en Europa de los shopping malls, una idea que importó de Estados Unidos. En Madrid, fue el primero en construir las grandes superficies de comercio, entretenimiento y restauración, como La Vaguada, que fue pionero en España (luego vendrían el Plaza Norte 1 y 2 y poco antes de morir cerró el trato para abrir otro mall en Madrid Río).

Gracias a su éxito en los negocios, Balkany pudo vivir como un señor: se casó en segundas nupcias con la Princesa María Gabriela de Saboya, hija del último Rey de Italia; fue amigo de Don Juan Carlos y de los Archiduques Maya y Maximiliano de Habsburgo; y habitó en regios palacios rodeado de belleza.

El próximo 19 de septiembre, a un año de su muerte, sus herederos subastarán en París el mobiliario y las obras de arte que decoraban su hogar en la capital francesa, el Hôtel de Feuquières. En el número 62 de la Rue de Varenne, frente a la residencia oficial del primer ministro francés, el empresario guardaba una de las colecciones de artes decorativas más importantes del país vecino: pinturas de Van Dyck, Tintoretto y Molinari; un gabinete del Papa Paulo V; un reloj de péndulo de François Linke similar a otro que hay en Versalles; y platería que alguna vez adornó la mesa de Luis Felipe de Orleans.

Esperanza Aguirre y Robert Balkany
Esperanza Aguirre y Robert Balkany - ABC

La venta es de tal magnitud que la firma británica Sotheby’s se ha asociado con la francesa Leclère para organizar lo que algunos llaman «El remate del año». El evento coincidirá con la Bienal de Anticuarios de París, algo que «Le Figaro» define como «un precioso golpe maestro» de ambas casas de subastas.

El hogar de Balkany, que linda con el piso en el que vivía la escritora Edith Wharton, es uno de los últimos exponentes de la edad dorada de las residencias privadas parisinas. Hasta mediados del siglo XX, dinastías de constructores, financieros e industriales como los Rothschild, los Patiño, los Beistegui o los López-Willshaw ocuparon los viejos palacios de la ciudad y los decoraron con los mejores ejemplos del arte de las últimas centurias. Balkany formaba parte de ese círculo mágico.

Los expertos advierten de que los relojes serán lo más difícil de vender (hay uno de estilo Regencia, obra de Abraham Gilbert, tasado en un millón de euros). Los hay en cada rincón de su palacete, incluso en los rellanos y escaleras. Sesenta piezas de cuatro siglos diferentes que revelan la pasión sin límites de Balkany por el tiempo, lo único que no pudo comprar.

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