La ruta «low cost» de Malia por Barcelona

Ha sido un julio muy movido para la hija del presidente de los Estados Unidos. El cuatro de julio pasado cumplió 18 años y desde ese día no ha parado. Se graduó de la secundaria Sidwell Friends School, viajó con su madre y su hermana a Marruecos, estuvo de fiesta por Ámsterdam y disfrutó de un fin de semana en Barcelona, acompañada de tres amigas y de algunos guardaespaldas vestidos de civil. Como ya lo ha demostrado por sus elecciones de moda, es muy de marcas «low cost» como Gap y H&M, así también fue su primera visita a Cataluña.

La mayor de las hijas de Obama se hospedó, de acuerdo a La Vanguardia, en un discreto pero con mucho encanto hotel de la calle Sepúlveda, Hotel Advance (cuatro estrellas), en uno de los barrios de moda de la ciudad, Sant Antoni.

Se trata de un barrio que a pesar de estar muy cerca del centro y de la Plaza Cataluña, no suele ser la elección de los turistas. Acertada opción para pasar desapercibida y para conocer la esencia barcelonesa. Cualquier hijo de mandatario habría elegido el Paseo de Gracia; Malia, no. En la visita a Madrid del mes pasado, intentó junto con su hermana visitar el Primark y el H&M de la Gran Vía y causaron tal alboroto que decidieron abortar la misión. Seguramente para evitar lo mismo, decidió volar bajo en Barcelona.

En su reciente visita a España, sus padres quisieron que el afamado cocinero asturiano afincado en Estados Unidos y amigo de la familia, José Andrés, para que fuera su guía gastronómico por la ciudad de Sevilla (tras los sucesos en Dallas, el viaje se acortó y el chef se quedó en Barcelona). La joven esta dounidense no recurrió al chef para pedirle sugerencias, a pesar de que coincidieron en la capital catalana durante los mismos días. Mientras José Andrés festejó el fin de semana sus 47 primaveras al lado de respetados chefs como Carles Abellán (Bravo 24), Quim Marqués (Suquet de l’Almirall) y los hermanos Escribá, en el chiringuito del mismo nombre, en la playa de Bogatell, la recién graduada tomó otro rumbo. Malia cenó en The Sopa Boba, un discreto y poco conocido bar de tapas en el Ensanche derecho que la está rompiendo en las redes (es el restaurante número 16 en Barcelona de acuerdo a la web de sugerencias). Eligió también comer un arroz en el Puerto Olímpico, aquí sí marcándose un «guiri» en toda regla, en donde el ticket medio no pasa de los 35 euros.

La joven siempre ha resaltado por su discreción: su viaje a Barcelona, con visita al Aquarium incluida y al club privado Ocean’s Club, de acuerdo a unas fotografías publicadas por El Mundo, no fue la excepción. A pesar de ser la hija del presidente de uno de los países más poderosos, Malia es más de «lados B». En los próximos días se espera que la joven viaje a Sevilla en donde seguirá estudiando español; comenzó a aprenderlo desde niña.