Un robo de película en el Palacio Ducal de Venecia

Dos ladrones sustraen varias joyas de la Familia Real de Catar que formaban parte de una exposición temporal

Palacio Ducal de Venecia AFP

Ángel Gómez Fuentes

En la historia milenaria de Venecia no se había visto nunca parecido. Lo llaman el robo del siglo , como en una película. El pasado miércoles, dos ladrones, uno de mediana edad y otro más joven, sustrajeron dos pendientes de oro, un broche de diamantes y varios aros de platino, que formaban parte de la excepcional colección privada de Hamad Abdullah Al Thani , uno de los jeques de la Familia Real de Catar. Se encontraban expuestas desde el pasado 9 de septiembre en el Palacio Ducal de Venecia , en una muestra titulada «Tesoros de los Mongoles y los Maharajás». Las joyas robadas tenían un valor asignado en aduana de 30.000 euros, pero en realidad valen «varios millones de euros» , según afirmó Danilo Gagliardi, jefe de la Policía de Venecia.

Se trató de un robo sencillo en su ejecución, pero muy preciso. Un golpe espectacular en un minuto. Subieron directamente a la segunda planta, al sancta sanctorum de la exposición, a la famosa sala Escrutinio, que da a la plaza de San Marcos. El más joven de los ladrones ejerció de vigilante, mientras que el otro aprovechó un momento en que no había nadie en la sala para abrir, como si fuera una caja, la vitrina que contenía las joyas. En su audaz robo, los ladrones fueron astutos y prudentes: dejaron en la vitrina un vistoso collar, llevándose solamente cuatro de las 270 piezas que incluye la muestra. De esta forma, cuando la alarma saltó llegó un vigilante a la sala, pero no advirtió nada anómalo porque el collar, la pieza más llamativa, continuaba en su lugar.

Joyas de la Familia Real de Catar AFP

Los ladrones tuvieron justamente sesenta segundos para alejarse del lugar del delito y mezclarse con los turistas s en otras salas. Huyeron tranquilamente por la plaza de San Marco. Según la policía, lograron manipular la alarma de la vitrina para que saltase y enviase el aviso a la centralita 60 segundos más tarde de la apertura de la vitrina.

Curiosamente, el robo ha coincidido con el día de la clausura de la exposición, dedicada a las joyas y piedras preciosas de las ricas dinastías indias, descendientes de Gesgis Khan , desde el siglo XVI al XX. ¿Una coincidencia? Desde luego que no, según Gaggliardi, se trató de un delito perfectamente orquestado : «Creo que nada es casual en esta historia. El golpe ha sido preparado minuciosamente. Para estudiar un robo de esta naturaleza, en un lugar donde no es posible ni siquiera realizar fotografías, con un sistema de alarma más que sofisticado, en medio de la gente, son necesarias muchas inspecciones del lugar, estrategias, conocimientos de las salas, de la afluencia de la gente, de las posibles vías de fuga… Se ha tratado de un robo con una organización muy preparada, sobre todo desde el punto de vista tecnológico», resume el comisario jefe de la policía veneciana.

Lo dicho: un robo de película.

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