La Reina Letizia y Juliana Awada, embajadoras de la moda

Ante la abrumadora lista de comentarios sobre los atuendos de la Reina Letizia y la primera dama argentina, Juliana Awada, que se encontraron ayer en el Patio de Armas del Palacio Real, sería importante aclarar varias cosas. No van al caso las simplezas publicadas que equiparan a este encuentro como «el duelo del siglo», ya que las dos señoras en cuestión tienen el mismo rango, ni las que indican que haya habido falta de coordinación en protocolo, pues carece de importancia que ambas damas hayan escogido estilismos similares.

Para recibir a un mandatario extranjero, si no se trata de un acto de corte específico, no es necesario que la Casa Real indique el dress code. Está claro que ellos deben ir de traje oscuro y ellas, de corto con alguna prenda de exterior.

El color rosa palo, tan a la moda estas últimas temporadas, es socorrido y favorecedor.

Hay que señalar que ambas han privilegiado el uso de marcas de sus países respectivos, una tarea loable que las convierte en las mejores embajadoras de las industrias de la moda española y argentina, ambas muy ricas en variedad y buenos exponentes. Doña Letizia lucía un traje de chaqueta con falda tipo lápiz, top y pochette de Felipe Varela, con zapatos de salón de Magrit, mientras que Juliana Awada optó por un vestido de la diseñadora argentina Amelia Saban para «Menage a Trois» -con una boutique en la renombrada Avenida Alvear de Buenos Aires-, un abrigo de cashmere y zapatos con tachuelas de Valentino de unos 2.000 euros, una alternativa más costosa que la de la Reina.

Tanto Juliana como Doña Letizia, han repetido prendas: en el caso de la Reina de España, como suele hacer desde hace años, ha reutilizado básicos de su guardarropa, mientras que la primera dama argentina ha vuelto a utilizar los zapatos que había llevado en su visita oficial a Japón y escogió un vestido muy similar a los que ha lucido en otras ocasiones, con escote ilusión. Las dos han coincidido en llevar un chignon discreto y elegante y un maquillaje poco marcado, algo adecuado a esas horas del día. Si se pueden subrayar algunas diferencias, habría que destacar que en un acto de recepción de día en el exterior es más adecuado el abrigo sobre vestido que traje de chaqueta ceñido, pero en contrapartida, el vestido de escote transparente y bordado de Awada, es más adecuado para tardes de coctel que para mañanas.

Juliana Awada iba más natural, en cuanto al fitting relajado de su abrigo, pose, falta de bolso y ausencia de pendientes, pero no olvidemos que será primera dama durante un plazo de tiempo concreto y quizás por ello se ha permitido ir a su aire, mientras que el rol de Doña Letizia la ha llevado a ser más rigurosa con los detalles al completar su atuendo. En cualquier caso, parece que Doña Letizia y Juliana han eclipsado con «acento español» el panorama mundial de la moda durante unas horas.